El Periódico Extremadura

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Marcelo Muriel

Tribuna abierta

Marcelo Muriel

En Cáceres solo pueden volar los cernícalos

Reflexión sobre el aeródromo de la capital cacereña

El pasado día 31 de mayo, se publicó la resolución de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, por la que se formula declaración de impacto ambiental DESFAVORABLE del proyecto «Aeródromo de uso restringido de Cáceres».

Han transcurrido 15 años, a finales de 2007, desde que la Fundación Cáceres Capital, ante la necesidad de abandonar las instalaciones de la Cervera, encargara un estudio a la Universidad de Extremadura para que estudiara el emplazamiento más indicado para ubicar un Aeródromo para la ciudad de Cáceres.

Un equipo formado por:

Antonio José Campesinos (Director), geógrafo-urbanista, catedrático de Análisis Urbano y Regional de la UEx; David Senabre López, geógrafo, profesor encargado de la cátedra de Geografía de la Universidad de Salamanca; José Carlos Salcedo Hernández, arquitecto, profesor de la Escuela Politécnica de la UEX; Marcelino Rivero Sánchez, economista, profesor titular de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la UEx; y Juan Ignacio Rengifo Gallego, geógrafo, profesor ayudante doctor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UEx.

Y como equipo asesor: Manuel Herrero Sánchez, arquitecto, co-redactor del Plan General Municipal de Cáceres; Antonio Rama Toscano. comandante de aviación civil de la compañía aérea Air Spain; y Joaquín Guerra, presidente de la Asociación de Aviación Experimental de Cáceres.

Con fecha 8 de enero del 2008, emiten un informe de 175 páginas en el que, después de muy diversas consideraciones, concluyen: «La ubicación no puede ser aleatoria, por cuanto ha de ligarse a un Centro Intermodal de Transportes, y, en consecuencia, ha de ubicarse al oeste del casco urbano en proximidad a los corredores lineales de alta velocidad por carretera y ferrocarril... y ser medioambientalmente sostenible en el arco de suroeste a noroeste entre la N-521, futura Autovía A-58, el Polígono Industrial de las Capellanías y la salida hacia Salamanca de la A-66, UNICO ESPACIO NO PROTEGIDO DENTRO DEL TERMINO MUNICIPAL COMO ZONA ZEPA».

Y reitera: «El emplazamiento propuesto, cumple con las más exigentes normativas de preservación ambiental, edificación y urbanización, respetando las ZEPAS del entorno de Cáceres».

Nadie podía imaginar que quince años después, y con la irrupción en los puestos claves para la información medioambiental de personas con criterios de una radicalidad ecologista inaudita, un técnico de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, venga a echar por tierra las afirmaciones de ocho profesionales de autoridad constatada. Además con razonamientos como que «no se prevén medidas compensatorias para la eliminación de la vegetación y, en particular de las casi 24 hectáreas de pastizal anual que se eliminarán».

La Fundación Cáceres Capital manifiesta que tira la toalla y no participará en un nuevo proceso

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Con relación a afectación del emplazamiento a zona legalmente protegida, afirma: «se constata que no hay coincidencia espacial con ninguno de los lugares que la integran, si bien, varios espacios se encuentran muy próximos al emplazamiento elegido. Se han tenido en consideración los siguientes lugares, por su proximidad: ZEPA ES0000410 ‘Complejo Los Arenales’, situada a escasos 400 metros».

Me pregunto: ¿Para qué se delimitaron las ZEPAS?, ¿si un funcionario puede considerar que a 400 metros de ellas también hay protección?

En reunión celebrada con la Consejería de Movilidad Transportes y Vivienda se nos invita a barajar nuevas alternativas, ¿alternativas, donde?, uno de los profesionales del sector aeronáutico asistente a la reunión, manifestó que llevaba varios años buscando otro posible emplazamiento sin encontrarlo, y a replantear desde cero el proyecto. La Fundación Cáceres Capital, después de estos infructuosos quince años de trabajos tirados a la basura, manifiesta que tira la toalla y no participará en un nuevo proceso. Así mismo, reconoce que no ha existido nunca verdadera voluntad para que Cáceres tenga un Aeródromo.

Para más INRI, la última noticia de esta misma semana es que la Secretaría de Estado de Transporte Movilidad y Agenda Urbana ha colocado carteles en la Cervera «PROHIBIENDO EL USO DE LOS TERRENOS PARA CUALQUIER ACTIVIDAD AERONÁUTICA».

Está claro, en Cáceres solamente pueden volar los cernícalos y sus primillas.

*Ingeniero

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