Opinión | Encerado y clarión

De leyes y salchichas

Dirán ustedes qué tienen que ver las leyes con las salchichas o viceversa, pues sí, siempre según el político alemán Otto Von Bismark que declaró que con las leyes pasa como con las salchichas, es mejor no ver como se hacen, y aunque no siempre o siempre, casi nunca o a menudo, es posible que con todos mis respetos hacia tan presuntamente noble producto, algunas deben haber sido de pesada digestión, y alguna de dolorosa consecuencia de dicho proceso de digestión.

"Uno que no se dedica a la política, aunque vivir es política, no tanto en cuanto a la participación activa sino como ciudadano afectado por la misma termina confundido y a veces incomprensiblemente sorprendido

Y es que esto de legislarlo todo está empezando a ser una moda que más que ampliar libertades y derechos o romper estigmas y encasillamientos, está produciendo el efecto contrario, pues como decía Montesquieu, las leyes inútiles debilitan a las necesarias, aunque sinceramente yo añadiría, y visto lo visto, al menos la redacción inútil, que no sólo desvirtúa lo necesario si no que lo entorpece y llevado al límite, incluso con buena voluntad, las corrompe.

Quiero pensar que es la edad y leer a Quino, la que me sugiere cual Mafalda, pedir que el mundo se pare que yo me bajo, pues tanto queremos correr que finalmente en vez de avanzar estamos dando pasitos para atrás.

Ciertamente, complicamos las cosas mucho más de lo que realmente son, cuando el exceso de paja confunde y además limita más que abarca. Ya advertía Platón sobre las consecuencias de querer legislar primero para parte de los ciudadanos y luego para todos, que legislar primero para todos, destacando a cada parte de los ciudadanos. Parece lo mismo, pero no es lo mismo.

Uno que no se dedica a la política, aunque vivir es política, no tanto en cuanto a la participación activa sino como ciudadano afectado por la misma termina confundido y a veces incomprensiblemente sorprendido. 

Con todos mis respetos, y consciente que no es comparable y la dificultad que conllevaría, pero llama la atención, que haya pena de multa por dejar solas más de veinticuatro o cuarenta ocho horas o las que sean a una mascota, y a la vez nos olvidemos o miremos hacia otro lado con nuestras personas mayores, repito, sin ser comparable, pero ciertamente causa cierta estupefacción que al ciudadano medio no tan listo, o al menos así a mí me lo parece, me chirría sobremanera.

En definitiva, como decía Fernando de Rojas, inicua es la ley que a todos igual no es, y no me refiero al ejemplo referido, me refiero cuando una ley primero etiqueta y luego legisla. 

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