Opinión | Encerado y Clarión

Escrivaluación de la función pública

Alumnos y profoesor en una clase.

Alumnos y profoesor en una clase.

Parece ser que para seguir recibiendo esos fondos europeos que tan angustiosamente necesitamos, el Gobierno debe evaluar a sus funcionarios públicos, aunque ciertamente siempre ha existido reglamentariamente este tipo de evaluación de alguna forma, otra cosa es cómo se ha llevado del papel a la práctica o si se ha hecho efectiva, así como diferenciar entre un cuerpo u otro o distintas administraciones. Les aseguro que al menos en la administración educativa, no sólo se nos evalúa a los funcionarios docentes, sino que además se hace varias veces al año y por varios agentes, no sólo la administración a través de la inspección de manera continua, además cada principio y final de año por la comunidad educativa, por no decir diariamente por padres, madres y alumnado. Imaginen si estamos acostumbrados a las evaluaciones.

Aun así, los globos sonda que nos llegan son en algunos casos cuanto menos curiosos, por ejemplo lo de la pérdida de la condición de funcionario a través de la evaluación del desempeño, que ya existe por cierto, desempeño, mala praxis, faltas muy graves, etcétera, pero llama la atención quién lo dice, no lo que dice, que es correcto, pues aún sin resolver por parte de alguna comunidad su concurso de méritos para la estabilización, esto es, meritocracia y experiencia, promulgada y avalada por el Gobierno, sea ese mismo Gobierno elque ahora y no antes, deprisa y corriendo, plantee la evaluación del desempeño a la pérdida de la condición cuando se la ha concedido a decenas de miles . Oiga, si acaba usted de reconocer a decenas de miles, a través de la experiencia acumulada y algunos méritos la condición de funcionario.

No tememos las evaluaciones, más contrariamente, pudiera ser incluso hasta una oportunidad para reconocer el trabajo y esfuerzo realizado, recuerden la pandemia, por muy mala prensa que tengamos fuera del ámbito funcionarial cuando no se nos necesita para subsistir

Otro globo sonda aparte sería la de ligar los salarios a alcanzar ciertos objetivos o la movilidad de los funcionarios. Distingamos objetivos, si es por productividad o por méritos. Vamos a ver si estamos a lo que estamos, si es por méritos ya existe una carrera profesional, excepto para los docentes, los olvidados de siempre, donde puede usted meter todo lo que quiera y más. Ahora sí, si es por productividad, no sólo medirá el resultado u objetivos alcanzados, también las condiciones, el contexto, el entorno y un largo etcétera y en ese caso debiera también el evaluador ser evaluado para saber si ha puesto los medios y condiciones necesarios para ese desempeño y con respecto a la movilidad ya existe regulación al respecto. A ver si con la evaluación se pretende una remodelación encubierta de la administración pública, dícese operación bikini de invierno.

Pues no, no tememos las evaluaciones, más contrariamente, pudiera ser incluso hasta una oportunidad para reconocer el trabajo y esfuerzo realizado, recuerden la pandemia, por muy mala prensa que tengamos fuera del ámbito funcionarial cuando no se nos necesita para subsistir. Lo que quizás si temamos más que la evaluación en sí, es el uso y/o disfrute que se haga de ella por parte de la administración de turno, o la pérdida de derechos laborales y económicos ya reconocidos.

En definitiva estimado Escrivá, será por evaluar. Como decía Gabilondo lo que no se evalúa se devalúa. Si el problema no es la evaluación, es el qué y cómo, aunque también importa el quién y a quién, recuerden que ya el poeta romano Juvenal se preguntaba: Quiscustodietipsoscustodes? es decir, quién vigilará al vigilante, que adaptado viene a ser, quién evaluará al evaluador, porque por ahora si a los que pretenden evaluar tuviéramos que evaluar, le aseguro que se le quitarían las ganas.n

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