Opinión | La mirada

La X en su sitio

Contribuyentes con la declaración de la renta.

Contribuyentes con la declaración de la renta. / EL PERIÓDICO

Con la llegada del tiempo de la Declaración de la Renta del 2023, la Iglesia Católica lanza su campaña para animar a los católicos (o no), para que ayuden al sostenimiento económico de la misma colocando la x en el sitio donde debe ir. Cuantas más equis estén donde deben estar, mejor, porque eso implica una mayor cantidad en la asignación que el Estado enviará a esta institución religiosa.

     Sé que es un tema difícil, ya imagino a más de uno echando pestes solo con que el tema aparezca, y manifestando su protesta por el hecho de que el Estado ayude económicamente a la Iglesia. ¡De eso nada¡, ¡con mi dinero, no¡, ¡que lo ganen ellos¡, ¡de eso nada de nada! Vale, vale, tranquilidad, que el Estado también ayuda al cine, a los sindicatos, o a la promoción del deporte de la petanca, o a otras cosas más raras…¡ni hablar! diga usted lo que quiera, pero para los curas ¡cero patatero¡ Lo cierto es que desde que el gobierno correspondiente y la Conferencia Epsicopal Española llegaron al acuerdo de establecer este mecanismo para calcular la asignación estatal, los obispos se arriesgaron a que si un año a ningún españolito le diera por marcar la x correspondiente, la cantidad a recibir seria efectivamente esa: ¡cero patatero!

Sin embargo, la realidad nos demuestra que no ha sido así, el año 2023 de los veintitrés millones de declaraciones que se presentaron, cerca de nueve millones colocaron la x en su sitio, por lo que lo recibido por la Iglesia Católica han sido alrededor de trescientos cincuenta millones de euros, con un aumento del 12% respecto al año anterior. Cómo me gusta decir, es lo que hay. 

La Iglesia católica se comprometió a ser trasparente con ese dinero recibido y a justificar hasta el último céntimo del mismo. Esta línea se ha seguido de forma rigurosa y los controles sobre esta cantidad son enormemente exigentes. No puede ser de otra manera, doy fe de que se cumplen todos los niveles de exigencias a la hora de la justificación de los mismos.

La claridad en las cuentas de la Iglesia, no solo de lo que se recibe de Estado, es algo en lo que todavía quedan pasos por dar, pero se está en la línea de lograrlo. Si queremos ser consecuentes con lo que decimos, en este tema no hay que dar un paso atrás. 

¡Adelante con ello! 

El autor es sacerdote

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