Opinión | π=3ª14

Artículo 119.6 del Reglamento General de la RFEF

«La vacante o vacantes que pudieran producirse en una categoría de ámbito estatal no profesional por aplicación de cualquiera de los motivos previstos en este reglamento y cuando estas lo sean por cualquier otra razón que no sea el descenso por méritos deportivos, podrán ser ocupadas con criterio de prioridad por los equipos de su misma categoría y grupo que tuvieran mejor mérito deportivo de entre los que ocuparan plaza de descenso en esa misma categoría».

Imaginemos que un equipo con plaza para la próxima temporada en el grupo 14 de Tercera renuncia a la competición. ¿Descabellado? Seguramente. No habrá tema si no se produce alguna renuncia. Pero, ¿y si uno de esos de los que se han hecho públicos sus problemas económicos decide tirar la toalla? De producirse esta desgracia, su lugar lo ocuparía el Trujillo si no hay un segundo ascenso a Segunda Federación, o el Don Álvaro si el desenlace del ‘playoff’ fuera exitoso para un equipo extremeño. Puestos a imaginar, si hubiera más equipos que renunciaran a la competición, la lista de sustitutos seguiría con el Rácing Valverdeño, el Montehermoso y, finalmente, el Fuente de Cantos, pero a este último no lo meto en el ajo porque su clasificación era definitiva antes del último partido. Pero claro, las demás posiciones no eran las mismas antes de la última jornada. De hecho, el Montehermoso seguía al Trujillo y ahora ha bajado dos puestos.

La ‘Talaverada’ de esta semana, que así es como el Salman Rushdie cacereño, Javier Ortiz, rebautizó esta columna de opinión, es que los partidos Don Benito-Montehermoso, Pueblonuevo-Don Álvaro y Rácing Valverdeño-Calamonte deberían haberse jugado a la misma hora. Seguramente los resultados hubieran sido los mismos, o no, pero los que velan por la equidad de la competición tienen que contemplar todas las posibilidades, aunque sean remotas.

Y ahondando en este tema de la unificación de horarios, también se produjo otra irregularidad que quedó en nada sólo porque el pescado estaba vendido mucho antes del final de los partidos en los que había algo en juego. El Villafranca-Trujillo empezó cinco minutos más tarde que el Moralo-Arroyo y tres después que el Castuera-Olivenza. A ver, que está muy bien y da mucho colorido y ambiente homenajear a los equipos de la cantera, pero si lo haces en una situación así, tiene que ser con la suficiente antelación para que no haya retrasos ni suspicacias, como sí que hizo el Moralo.

Finalmente, estos partidos no variaron la clasificación. El Arroyo salvado con más pena que gloria y el Trujillo ‘arrastrado’, que no descendido. El meritorio Castuera se quedó a las puertas de las eliminatorias por el ascenso que se antojan apasionantes y que serán: Moralo-Coria y Villafranca-Azuaga. El Coria debería ser el principal candidato, por acabar segundo y porque solo ha perdido tres partidos, pero parece seguir tocado por cómo se le escapó el ascenso directo. Mientras, los otros tres llegan en su mejor momento de la temporada. Moralo y Villafranca han logrado, en el tramo final, la regularidad y la solvencia que les había faltado. Y el Azuaga llega tras quince jornadas sin derrotas y, además, lleva ya un par de partidos que ha podido tomarse de preparación sin riesgos y de aseo en el tarjetero.

Lo que podemos afirmar es que el fútbol extremeño tiene el 50% de posibilidades de tener otro equipo en Segunda, porque el triunfador de estos cuatro solo tendrá que pasar una eliminatoria más contra un equipo de otro grupo, también a doble partido. Así que aún nos queda fútbol de Tercera durante seis semanas de pasión para unos, de vacaciones para otros y de tensa espera sin saber qué categoría planificar para el Trujillo. Y quién sabe si para alguno más.

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