Opinión | Encerado y clarión

Jubilación parcial para funcionarios.

Huelga de profesores.

Huelga de profesores.

Parece que ahora sí que se está por la labor de abordar la jubilación de los funcionarios públicos, las docentes también, en principio asemejándose o similar al sector privado. Como toda jubilación parcial, ésta será voluntaria o debiera serlo, y todo lo que sea flexibilizar la jubilación será bienvenido, guste más o menos, pero nunca lloverá a gusto de todos, o mejor dicho, casi nunca llueve a gusto de unos pocos, y esos pocos, por ahora, siempre hemos sido los docentes.

Aunque sea repetitivo por enésima vez, vuelvo a insistir en lo de siempre, me parece muy bien la flexibilización de la jubilación, y no sólo de la jubilación , con carácter general, pero al menos en el ámbito docente, sin carrera profesional y sin estatuto propio, con las características propias del desempeño de la función pública docente que nos limita en muchos derechos que sí tienen el resto de funcionarios, la negociación debe y tiene que ser, además de la hipotética jubilación parcial o cualquier reforma, una reforma específica y propia a incluir en el futuro.

En los últimos veinte años se ha triplicado el número de docentes que superan los sesenta y cinco años y duplicado los mayores de sesenta. Del mismo modo, el porcentaje de aquellos que superan los cincuenta con respecto a los menores de treinta pareciera casi surrealista

Estatuto de la Función Pública Docente. Actualmente se están estudiando cuatro tipos de jubilaciones, parcial, activa, anticipada y demorada. La jubilación activa, para que nos entendamos, sería aquella que te permite seguir trabajando por cuenta ajena, a jornada parcial o completa o como autónomo. La demorada es la opción de prolongar la edad de jubilación, aunque con la entrada en vigor del Real Decreto 371/2023, existe la opción mixta. La anticipada es obvia, posibilidad que reuniendo ciertos requisitos puedas jubilarte con antelación y la parcial o flexible, trabajar a tiempo parcial, opción esta que por si no lo saben pueden acogerse los docentes de la concertada privada. Como verán estas son las posibilidades, y cada una de ellas con sus restricciones y beneficios, aunque recuerden la máxima de los tahúres, la banca nunca pierde. Pues con todos mis respetos, hay una más, y además una que ya teníamos, la jubilación anticipada e incentivada con sesenta años y treinta de servicio y ya no sólo por el interesado, el propio sistema. En los últimos veinte años se ha triplicado el número de docentes que superan los sesenta y cinco años y duplicado los mayores de sesenta. Del mismo modo, el porcentaje de aquellos que superan los cincuenta con respecto a los menores de treinta pareciera casi surrealista.

Como se suele decir, zapatero a tus zapatos. Si alguien sabe de docentes son los docentes y no se puede negociar una jubilación general con café para todos cuando las condiciones son distintas, empezando por el trabajo en sí. No son iguales treinta papeles que treinta niños, ni las horas invertidas, no por el trabajo en horas fuera del horario, sino por la remuneración, por poner un ejemplo.

Negocien, pero cuando toque a los docentes, dejen que lo hagamos los docentes porque los generales, casi nunca se acuerdan de estos vocacionales particulares.n

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