Otros mil niños desafiaron el frío reinante y poco les importó tener que seguir a Los Lunnis por televisión, como a diario aunque ayer fuera a través de una pantalla gigante instalada en el exterior de la caseta municipal del Berrocal mientras dentro, los 1.200 que lograron una entrada se juntaron para darse calor porque acabaron sentándose en el suelo a falta de sillas, de lo que se quejaron no pocos padres.

Pero los televisivos muñecos no apagaron la sonrisa de los cientos de niños ni aunque tuvieron que esperar pacientemente porque empezó con más de media hora de retraso. Las populares marionetas demostraron su gancho con los niños a quienes el concejal de Festejos, Blas Raimundo, les ha querido dedicar el cierre de las fiestas navideñas.

Para calentar motores hizo del ferial un gran parque de atracciones desde primera hora de la tarde con atracciones gratis y con ambientación infantil a cargo del grupo de animación Gandalf. Así que de aros olímpicos se iban a los coches y de ahí a los castillos hinchables y así hasta la hora del show más esperado de las Navidades cuya recaudación irá íntegramente al asilo de las Hermanitas de los Pobres. Las entradas costaron un simbólico euro para los niños y para los adultos dos y las 1.200 se acabaron en tiempo récord: a las seis horas de ponerse a la venta.