Viendo el día del Puerto que se ha vivido este domingo, cualquiera diría que la pandemia del covid ha sido un espejismo. Este día de la patrona de Plasencia ha sido sin duda como los de antaño, con cero mascarillas, una climatología inmejorable y opciones para disfrutar el campo o del fervor por La Canchalera y con ausencia de incidentes.
Las previsiones meteorológicas y las ganas de disfrutar de una celebración como las de antes han llevado a miles de placentinos a acudir al Puerto con la familia o amigos. Para coger un buen sitio había que subir a primera hora.
No obstante, han sido muchos los que han acudido con veladores para protegerse del sol y, aunque ha habido algunas barbacoas, la mayoría ha optado por llevar la comida hecha. Otros han aprovechado para acercarse a los dos bares con bebida y comida instalados y los puestos de helados han hecho el agosto mientras Santos Music ha puesto la animación.
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En el plano más religioso, el obispo, Ernesto Brotóns, ha presidido su primera misa solemne y ha destacado que «difícilmente se puede comprender Plasencia sin la Virgen del Puerto». Esa Virgen que a las seis de la tarde era sacada a hombros de su santuario mientras los cientos de congregados entonaban su himno, agitaban pañuelos blancos y gritaban los habituales ¡Viva la Virgen del Puerto!, ¡Viva la Canchalera!
Una vez que ha hecho el recorrido con relevos para trasladarla han comenzado las pujas. Se han pagado 70 euros por el ramo, 150 euros por meter a la Virgen en el santuario y hasta 1.500 por subirla al camarín. Como siempre, las ha dirigido con maestría y humor José Manuel Becedas, que ha anunciado su jubilación.
Durante toda la jornada, se ha visto el despliegue de la Policía Local, con unos 50 agentes para controlar el tráfico, aparcamientos, el consumo y venta de alcohol a menores, la tenencia de estupefacientes, con la unidad canina y todo con el apoyo de la unidad aérea, manejada por dos agentes.
Protección Civil y Cruz Roja también han desplazado personal para atender incidencias, que han sido mínimas y leves. El mejor balance sin duda cuando Plasencia celebra el año jubilar y mariano.