La procesión de la Cofradía de La Soledad y el Santo Entierro despidió ayer la Semana Santa cacereña. El momento más emotivo fue ‘El Encuentro’ que protagonizaron la Virgen de la Alegría y Cristo Resucitado en la plaza Mayor, a la altura de la ermita de la Paz. Simboliza el encuentro entre Jesucristo y su Madre cuando éste resucita, por lo que es un momento de gran alegría y así lo escenifica la cofradía.

Relacionadas

Al llegar a ese punto ambas imágenes se observan de frente y los hermanos levantan los pasos entre los aplausos de los asistentes. Se sueltan además palomas y globos blancos como símbolo de alegría. ‘El Encuentro’ fue además el momento de la procesión más multitudinario, con una plaza Mayor llena a rebosar de cacereños y turistas que no querían perderse uno de los minutos más emotivos de la Semana Santa cacereña, declarada de Interés Turístico Internacional en el año 2011.

Como novedad este año la imagen de Cristo Resucitado salió desde San Mateo para hacer un guiño a la parroquia a la que pertenece la hermandad (esta imagen ha salido siempre desde la ermita de la Soledad). A las 10.30 horas se hizo el traslado del paso desde La Soledad hasta San Mateo, donde después se celebró una eucaristía en presencia de los cofrades de la hermandad.

A las 11.45 horas Cristo Resucitado salió de la parroquia y recorrió la calle Ancha, Puerta de Mérida, los Adarves y el Arco de la Estrella. Durante este trayecto los hermanos que acompañaban al paso rezaron el Vía Lucis a la imagen, que representa las catorce estaciones de la resurrección, desde que Cristo sube a los cielos.

POR EL ARCO DE LA ESTRELLA / Entró por el Arco de la Estrella a la plaza Mayor, donde se reencontró con la Virgen de la Alegría. Este último paso salió a las 12.00 de la ermita de La Soledad y enfiló la calle Hornos para coger Gallegos, San Juan y Gran Vía por donde accedió a la plaza Mayor.

Ambas imágenes se juntaron a la altura de la ermita de La Paz. Después continuaron el camino, esta vez las dos juntas. Volvieron por Pintores, San Juan, Sergio Sánchez y Pizarro para recogerse de nuevo en la ermita de La Soledad.

El paso de la Virgen iba acompañado por la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Misericordia y el de Cristo Resucitado, por la de Nuestro Padre Jesús de la Salud, ambas bandas pertenecen a la ciudad de Cáceres. Las imágenes iban portadas por una treintena de hermanos y no hicieron falta relevos, ya que las nuevas andas incorporadas años atrás han aligerado mucho el peso de las imágenes. Los hermanos llevaban el hábito de la cofradía: Túnica blanca con ribetes amarillos y fajín blanco, también con ribetes en color amarillo.

Si hubo una nota característica en el desfile de ayer fueron las tonalidades claras. El traje de la Virgen estaba elaborado en blanco, al igual que las flores que decoraban el paso, que se mezclaban con otras en diferentes tonos de rosa. Las mantillas esta vez también lucían en blanco, que simboliza la alegría por la resurrección.

Como la procesión comenzó pronto por la mañana (a las 10.30 horas se realizó el traslado del Cristo a San Mateo) la Cofradía de La Soledad y el Santo Entierro tuvo que dejarlo todo preparado la noche del Sábado Santo. «Ayer -por el sábado- tuvimos un día intenso para dejarlo todo listo. La Virgen de la Soledad y el Cristo Yacente, que salieron en la procesión del Viernes Santo, tenían que convertirse en la Virgen de la Alegría y en Cristo Resucitado, cambiándoles los trajes», dijo el mayordomo de la hermandad, Miguel Ángel García. Todo salió a la perfección.