GANADERÍA: 6 Toros de José Rosa Rodríguez. Pesos: 440, 464, 445, 440, 440 y 516.

LOS DIESTROS: Joao Moura. Rejón y descabello (Oreja). Pablo Hermoso de Mendoza. Rejón (Dos orejas). Manuel Ribeiro Telles Bastos. Rejón y seis descabellos (Saludos). Miguel Moura. Rejón y descabello (Oreja). Guillermo Hermoso de Mendoza. Rejón (Dos orejas y rabo). Antonio Ribeiro Telles, hijo. Cuatro rejones de muerte (Oreja).

PLAZA: Mérida, media plaza sobre el aforo permitido.

Concluyó la feria emeritense con la corrida de rejones hispano portuguesa. Hicieron el paseíllo dos maestros a caballo, Joao Moura y Pablo Hermoso de Mendoza, y cuatro rejoneadores jóvenes, pues se cayó del cartel el tercer maestro --Antonio Ribeiro Telles--, sustituido por su sobrino Manuel. Se lidió un encierro de José Rosa Rodríguez, de procedencia Murube, que dieron buen juego en conjunto, con ese galope tan característico de este encaste.

Joao Moura, el recordado Niño Moura, hoy sexagenario, abrió plaza, y por momentos recordó los fundamentos de aquel toreo a caballo que él trajo: el llevar al toro toreado en las preparaciones y en los remates, y en ir de frente al toro. Tuvo un astado que abrió plaza, justo de codicia pero que, una vez encelado, le permitió clavar al estribo con ajuste en los terrenos de afuera. Mató de un rejón y un descabello, y paseó una oreja.

Buen toro el segundo, que cayó en suerte, y nunca mejor utilizada la expresión, de Pablo Hermoso de Mendoza. Brindó su lidia a Antonio Ribeiro Telles, que estaba anunciado pero no pudo actuar por estar lesionado. Toro que tuvo fijeza y codicia, y un buen galope. El navarro le cuajó un tercio de banderillas a placer, primero sobre Berlín y después sobre Arsenio, dos caballos torerísimos. Citaba, lo llevaba cosido a la grupa y hacía el recorte por los adentros. Otras veces iba de frente y clavaba al estribo con ajuste. Un rejoneador que ha marcado un antes y un después, y que sigue juncal, sin un ápice de decadencia. Un rejón y dos orejas.

Guillermo Hermoso de Mendoza paseó un rabo, y fue el gran triunfador. EL PERIÓDICO

Toro alegre de salida y a lo largo de toda su lidia el tercero. No estaba anunciado Manuel Ribeiro Telles Bastos. Buen jinete este joven portugués, con los conceptos propios del toreo a caballo del país vecino. Faena bien planteada para buscar las afueras. Citaba, se iba de frente y prodigaba el quiebro con ajuste. Se adornaba en los remates y la lidia de este toro transcurrió a buen nivel, salvo el manejo del descabello.

Toro de muchos pies de salida el que le correspondió a Miguel Moura, vástago pequeño del gran maestro portugués, que clavó un vibrante rejón de castigo. Tercio de banderillas brillante porque iba de frente al toro. El joven Moura prodigó el toreo a dos pistas, inspirado al clavar en el que fue un tercio de banderillas que tuvo eco en los tendidos, rematado con un rejón de muerte y un descabello. Oreja.

De frente

Guillermo Hermoso de Mendoza participa de la gran cuadra familiar y de los fundamentos del toreo de su padre. Gran rejón de castigo, fue de frente para quebrar en los mismos medios. Tercio de banderillas que llegó a los tendidos por el clasicismo del joven navarro, elegante en su montar, con largas preparaciones en las que templaba la embestida del que fue un buen toro, buscando clavar por las afueras. Muerte espectacular del astado acometiendo al rejoneador descabalgado, y dos orejas y rabo tras un rejón de muerte. 

De bonitas hechuras el sexto, muy en el tipo del encaste. Salió con pies y lo paró bien Antonio Ribeiro Telles, hijo del maestro portugués del mismo nombre, que clavó dos rejones de castigo, tal vez excesivo pues el animal lo acusó y buscó la protección de las tablas a lo largo de su lidia. Con no mucho ajuste clavó el rejoneador y estuvo muy premioso al matar, lo que no fue óbice para que paseara una oreja.