Sabah Walid Sbeinati afirma que una de las formas de recorrer Cáceres es hacerlo mediante «una integración profiláctica con el entorno, con la evolución de la ciudad, con el imaginario colectivo y con los olvidos que la aletargan». Se refiere al olvido «de una ciudad que no avanzará sin sus personas, sin un entorno adecuado para la innovación, para la cultura, para el desarrollo personal». Por ello, su itinerario muestra «una ciudad que olvida y que parece no tener miedo a ser olvidada».

Comienza con el coche pegado a la iglesia de Santiago. «Lamento que el centro histórico no tenga una vida comunitaria más allá del continuo ir y venir de residentes, turistas, repartidores y funcionarios...», comenta. Sigue por el banco de la plaza del Duque «para contemplar una plaza llena de coches», y por el panel informativo digital de Pintores/plaza Mayor, «que no informa o ‘fundido a negro’, porque a alguien se le olvidó que es un error hacer prevalecer la excitación preelectoral a la reflexión al planificar una intervención en el espacio público». El itinerario continúa por otros espacios como ‘Comercio[ff] tradicional, ‘¿Vandalismo vs arte urbano?’ (calle Moret 13 y 15), ‘Sin espacios’ (Clavellinas, 7), el parking de Primo de Rivera o el «trozo» del Puente de San Francisco.