Una de las cuestiones que afectan al proyecto es su coste y la repercusión que la inversión, la explotación y la conservación de la instalación tendrá en el recibo del agua, Macías explicó que en el coste hay tres variantes que intervienen, "una es la amortización de las obras, y eso se paga con arreglo a la ley de aguas, y lo que se viene a pagar no llega ni al 25 o al 30 por ciento de lo que cuesta, y luego están los costes de explotación y de conservación".

El presidente de la confederación añadió que el coste de amortización es "aproximadamente el mismo en Portaje y en el Almonte, la presa del Almonte tenía un coste cercano a 40 millones, pero sólo la presa, sin las conducciones, por lo que los costes, al final, eran muy parecidos, aunque con un riesgo mayor en el caso del Almonte, porque las presas se tardan en construir seis, siete u ocho años, y cuanto más tiempo tardes más riesgo de que se disparen los costes. Sin embargo, una conducción se instala y es más rápido, en ésta tardaremos un año y medio o dos años".

Sobre los costes de explotación y elevación, incidió en que el coste de elevación "resultaría un poco más caro en el Almonte, el pie de presa del Almonte estaría un poco más alto que el de Portaje y tendría que atravesar una divisoria, una montaña, que está más alta en el caso del Almonte, con lo que el coste energético es mayor. Después, y en cuanto a los costes de explotación, ¿cómo va a ser igual una tubería que una presa?, en una presa, como mínimo, hay una vigilancia, y tiene más costes aunque sólo sea por razones de seguridad".