Una treintena de vecinos de La Cañada tienen previsto adoptar medidas legales para poner solución al problema de ruidos que les genera la pista de verano que unos promotores privados han instalado en lo que fue la vieja piscina de la barriada. Los afectados, todos ellos residentes en la calle Pozo de la Esmeralda --que dista pocos metros del establecimiento-- mostraron ayer su indignación y aseguraron que en determinadas franjas horarias de la noche el ruido es superior al permitido.

Los vecinos explicaron que algunos fines de semana se producen molestias pasadas las cuatro de la madrugada, "cuando --dicen-- la pista tiene que estar cerrada a las 03.30". Comentan que desde que el local abrió el 29 de julio las llamadas realizadas a la policía "han sido constantes".

Los residentes critican que la asociación de vecinos aprobara la puesta en marcha de la pista, subrayan que sus casas hacen de pantalla al ruido y piden la unión de todo el barrio.

Además, criticaron el estado en que se encuentra el edificio que previsiblemente albergará el centro vecinal. Aunque el local había sufrido algunos daños anteriormente, los vecinos dicen que desde que la movida se ha trasladado al barrio, el centro ha sufrido graves daños: cristales rotos, pintadas en las paredes, desperfectos en los baños e incluso restos de botellones .

Finalmente recuerdan que algunas casas se han puesto en venta, pero que en estos momentos resulta complicado venderlas. Temen que la presencia de locales de copas devalúe el precio de sus viviendas.