Llegó a la Subdelegación del Gobierno hace menos de un mes y ya se ha reunido con casi todos los empleados de este organismo. Juan Carlos Bote es licenciado en Derecho, está casado y es padre de dos hijos, de 18 y 15 años. Releva en el cargo a Jerónima Sayagués, que fue cesada tras cinco años al frente de la institución. Su marcha fue causa de la mala relación que tenía con la dirección del Partido Popular. Bote llega con aire renovado.

-¿Cómo le propusieron para ocupar el cargo?

-Este es un cargo cuyo nombramiento y cese le corresponde a la Delegada del Gobierno. Tuve una entrevista con ella, una vez comprobado que cumplía los requisitos del cargo, como es ser funcionario y pertenecer al Grupo A1, supongo que debió ver algo bueno o positivo para designarme.

-¿Cómo se lo comunicó a su familia?

-Fue el 1 de enero, estábamos pasando unos días en Madrid y senté a mis hijos y a mi mujer. Lo hablamos y decidimos que estas oportunidades pasan una vez y que había que aceptarlo.

-Lleva ya casi un mes, ¿cómo le han recibido?

-Te mentiría si te dijera que no era conocedor del apoyo que los trabajadores le habían dado a la anterior subdelegada del Gobierno una vez que se conoció su cese. Sé que habían estado muy a gusto con ella y que el listón que tenía que superar era alto, pero mi sorpresa fue encontrarme con unos compañeros que me recibieron extraordinariamente. Tan sólo llevo tres semanas y ya puedo asegurar que me parecen excelentes empleados públicos.

-¿Cómo afronta su cargo?

-Con una enorme ilusión, con ganas de aprender mucho y de tocar materias diferentes a las que hasta ahora me había dedicado. Por ese motivo también lo veo como un gran reto profesional, esperando estar a la altura del cargo y no defraudar a nadie.

-¿En qué consiste su día a día?

-Soy quien tiene la obligación de coordinar a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, tanto a la Guardia Civil como a la Policía Nacional. También me encargo de coordinar a otras administraciones que directa o indirectamente dependen de la Subdelegación como estadística, hacienda, meteorología y telecomunicaciones. Mi empeño además es atender todas las demandas de los 64 trabajadores de esta casa. También recibo a ciudadanos que vienen a intentar que les solucionemos problemas.

-Lleva toda la vida en el Partido Popular, ¿le habían ofrecido antes algún cargo en primera línea?

-Nunca he pedido nada y nunca he ostentado ningún cargo hasta que Laureano León fue elegido presidente de la diputación y me propuso ser el coordinador técnico general. Laureano me preguntó que qué creía que era lo que hacía falta en diputación, yo llevaba allí diez años, y le dije que un coordinador. Fue una figura criticada pero ahora en vez de uno hay dos. Creo que es una función necesaria.

-¿Siguen las buenas relaciones con Laureano León?

-Me llevo muy bien con él pero no soy su mano derecha. Cuando fui coordinador en diputación fui su mano derecha técnica. Siempre me decía que le gustaba mi punto de vista porque era crítico incluso con el partido.

-Cáceres es la ciudad más segura de España, ¿qué va a aportar para que esto continúe así?

-Las funciones del Subdelegado del Gobierno con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son meramente de coordinación dejando, evidentemente, que sean los profesionales los que adopten las medidas necesarias para que así siga siendo. Pero todo lo que pueda hacer para mejorar sus condiciones de trabajo, que nadie dude de que no cejaré en el empeño para conseguirlo.

-La Policía Nacional ha mostrado en varias ocasiones la necesidad de más efectivos, los sindicatos dicen que no pueden cubrir bien su trabajo. ¿Vendrán más agentes?

-La próxima semana mantendré con ellos una reunión. Escucharé de primera mano cuáles son sus necesidades y haré todo lo posible para que, teniendo en cuenta las leyes de Presupuestos Generales del Estado, se doten las plantillas de forma suficiente.

-En noviembre hubo en Cáceres una explosión en un edificio de Virgen de la Montaña. La Policía Nacional se encargó de realizar el informe para comprobar si había sido o no un suicidio, ¿están ya las conclusiones de ese informe?

-Me consta que la policía ya ha finalizado todas sus líneas de investigación, ahora tendrá que ser un juez el que practique todas las pruebas y determine cuáles fueron las causas de la explosión.

-¿Hay novedad en el caso del parricida del Perú? Su familia ha iniciado una recogida de firmas para solicitar que salga absuelto…

-Se trata de un asunto que se encuentra bajo secreto de sumario. Entiendo que la familia, si lo cree inocente o si considera que había una justificación lógica a los hechos, haga todo lo posible para conseguir que le absuelvan o le impongan la menor pena de prisión posible.

-En la ciudad preocupa ahora la proliferación de las casas de apuestas, un tema que ya le ha trasladado el ayuntamiento a la Delegación del Gobierno.

-Las casas de apuestas están legalizadas, pasan controles y tienen perfectamente concedidas sus licencias. No obstante, si podemos ayudar a los padres, las puertas de esta Subdelegación están abiertas.

-Dijo en su toma de posesión que quería mejorar las infraestructuras de la ciudad… ¿Va a pedir al Gobierno que llegue el AVE?

-El tema de las infraestructuras depende más de la Delegación del Gobierno pero si puedo trabajar para que cualquier infraestructura esté finalizada lo antes posible, habremos conseguido que los ciudadanos vivan un poquito mejor y si, para ello, es necesario pedir al Gobierno de España que las agilice, que no duden los ciudadanos de esta provincia que así lo haré a través de los cauces oportunos. Ya me he reunido con la diputación para conocer el estado de las carreteras cacereñas porque son importantes para la economía, el turismo y el comercio. Son importantes para relanzar el tejido económico de la provincia. Todo lo que pueda hacer para que se haga una carretera o para que finalice su construcción cuanto antes, así lo haré. Ya hemos mediado para subsanar los problemas en la construcción de la N-110.

-También quería impulsar la administración electrónica, ¿qué pretende hacer?

-Las nuevas leyes dan un impulso definitivo a la era electrónica en las administraciones públicas, de tal manera que ahora ya no es potestativo, sino obligatorio, que las mismas utilicen las nuevas tecnologías en sus relaciones. He comprobado que, aunque la situación de partida es bastante buena, queda todavía mucho por hacer es este campo y lo que yo pretendo es dar un impulso definitivo para que se cumpla cuanto antes lo que se viene a llamar la administración sin papel.