Recién llegado del maratón de conciertos en Valencia y a punto de salir al mercado su disco De Amor y Desamor --se pone a la venta el próximo 7 de octubre--, Raphael habla con EL PERIODICO EXTREMADURA de la gira con la que está recorriendo toda España y con la que recalará el próximo sábado en Cáceres. Más de medio siglo de trabajo a sus espaldas no han hecho mella en sus ansias por comerse el escenario. Raphael llega dispuesto a arrollar.

--El sábado 4 de octubre estará llega a Cáceres su gira de De Amor y Desamor . Hacía mucho que no pasaba por aquí...

--Es verdad que hace tiempo que no voy, no se ha terciado. Pero me encanta Cáceres, es una preciosa ciudad y la he visitado cuando he ido a trabajar

--¿Qué tipo de espectáculo se van a encontrar los raphaelistas?

--Se van a encontrar el último de los últimos, porque el disco sale tres días después del concierto de Cáceres. Es un espectáculo muy completo, con unas canciones impresionantes y con un Raphael con muchas ganas de agradar y de que el público y yo tengamos nuestra gran noche.

--¿Y qué espera del público de Cáceres?

--Todo el entusiasmo que han puesto cada vez que he ido.

--De amores y desamores está lleno su repertorio.

--Es que es al tema que más me gusta cantar porque te da muchas opciones de ponerle mucha carne al asador en la interpretación. Prefiero cantar a eso temas que a otros menos agradables.

--¿Pero le gusta más el enamoramiento o el desastre sentimental?

--Las dos cosas, porque te piden cosas distintas. El enamoramiento pide una interpretación más suave y el desastre es mucho más tumultuoso.

--Por si fuera poco, está a punto de sacar disco. Derrocha energía.

--Tengo la inmensa suerte de poder trabajar en aquello que me apasiona y por eso para mí no supone ningún esfuerzo. Yo adoro mi profesión, me gusta muchísimo. Me levanto por las mañanas y disfruto pensando en lo que voy a hacer a las ocho de la tarde.

--Cómo se mantiene viva la llama de la ilusión después de tantos años de trabajo.

--Es más fácil mantener viva la llama cuando trabajas en lo que te gusta. Muchas personas tienen la desgracia de levantarse cada mañana para ir a un trabajo que no le gusta.

--¿Pero se pisa el escenario igual?

--Se pisa igual. O incluso con más pasión que antes, porque conozco muy bien el escenario, sé sacarle partido a cualquier rincón... Es que es muy difícil de explicar... Cuando haces lo que tanto te gusta y ansías hacer, cada vez le sacas más brillo a las cosas. La veteranía, en este caso, es muy buena, siempre que no se hayan perdido facultades vocales.

--Reúne usted a un público intergeneracional. ¿Ha descubierto el secreto para llegar a gente de todas las edades?

--¡No tengo el secreto, qué va! Es una pregunta que no puedo contestar, pero es un hecho palpable, es cierto que es así. Estoy tan sorprendido como cualquiera- Pero creo que eso debería contestarlo el público

--Le propongo un juego de palabras con algunas de sus canciones emblemáticas. ¿Qué pone en carne viva a Raphael?

--Muchas cosas, pero sobre todo la injusticia.

--Cuándo ha dicho usted qué sabe nadie.

--Todo el tiempo y para todo. No solo en el plano amoroso, sino qué sabe nadie, de nadie, de nadie... Todo son conjeturas.

--Qué le parece un escándalo

--(risas) La política. La política me parece un escándalo.

--Cuando se mira en el espejo, piensa yo soy aquel-

--No. Cuando me miro en el espejo, es para decirle eso de no me mires así que me molesta... (risas)

--¿Vuelve al cine de la mano de Alex de la Iglesia?

--No vuelvo, nunca me fui.

--Pero lo ha tenido en un segundo plano.

--Sí, porque es muy difícil hacer cine conmigo porque hago mi calendario con años de antelación. Me han ofrecido películas, pero los rodajes coincidían con viajes míos. Y esta vez parece ser que las cosas se han puesto a tino. Pero no es mi vuelta al cine, voy a seguir haciendo cine.

--De jubilarse, nada de nada...

--No. Soy consciente de que algún día me tendré que marchar de vacaciones, porque me sienta cansado, porque no podré hacer las cosas que hago o porque ya no me interese. Pero no habrá una gira de despedida, ni boatos, ni nada por el estilo. Me iré de vacaciones y la gente se preguntará ¿dónde se habrá metido este chico?... El que nace artista, muere artista.

--Se identifica con su imagen de divo de la música.

--No sé por qué me dicen eso, nunca lo he entendido. Creo que soy uno de los artistas que la gente siente más cercano.

--Si hay un rasgo que le caracteriza es la amplia sonrisa.

--Porque siempre me encuentro cercano al público. Por eso no me identifico con la imagen de divo.

--¿Cómo se ve el panorama musical con una perspectiva tan amplia como la suya?

--Con altos y bajos. Pasa en todas las épocas, que hay gente con mucho talento y otros que no tienen talento y se aprovechan de las circunstancias. Es cierto que es una época muy difícil, en la que hay que trabajar mucho para que el público entre y acepte lo que tú quieres mostrarle. Hay mucha gente que ya está 'harta de coles'.