Los servicios municipales de Jardines del Ayuntamiento de Cáceres contabilizan un total de 1.833.511 metros cuadrados de zonas verdes cuidadas con esmero. «Entre estos y otros espacios proyectados alcanzaremos los dos millones de metros cuadrados en poco tiempo en la ciudad de Cáceres», ha dicho el Responsable de los Servicios de Jardines, Miguel Durán.

Una de ellas es el parque de El Rodeo, que fue una de las más viejas aspiraciones de muchos cacereños. Varias generaciones hemos conocido en este lugar un terreno que sirvió para ferias de ganados y también como sede de las atracciones de las ferias anuales del mes de mayo y durante muchos años.

Era un terreno baldío en pleno centro de la ciudad, que afeaba mucho todo el entorno. Era, en definitiva, un lugar por el que se atravesaba con cierta frecuencia que era necesario convertir en espacio útil para los ciudadanos. Este espacio era propiedad de distintas personas. El ayuntamiento solo poseía 10.000 metros cuadrados, de los aproximadamente 200.000 mil que componen todo el conjunto. Había pues que disponer del terreno para convertirlo en lo que ahora es, y no teníamos más que dos caminos: comprar el terreno, o llegar a un acuerdo con los propietarios y, naturalmente, la ciudad --su ayuntamiento-- no tenía el suficiente dinero para su adquisición, con lo que se tuvo que llegar a la negociación con las propiedades al objeto de que el ayuntamiento, en nombre de todos, pudiera disponer del terreno. De esta manera, de las 20 hectáreas que configuran todo el terreno, 17,5 se entregan a la ciudad a cambio de variar el uso del resto y hacerlas urbanizables.

Se convocó un concurso de proyectos para la realización del parque y se adjudicó a un grupo de técnicos cacereños: D. Ángel García, D. Santiago Hernández y D. Alfonso Canal, apoyados por los técnicos Dª Gissela Loran Benavent e Inma Jansana Ferrer. La dotación económica del proyecto fue de 611 millones de pesetas, con cargo a fondos de la Unión Europea y del ayuntamiento, a los que hay que añadir el importe de las obras de cerramiento que, con cargo a presupuestos municipales, se llevaron a cabo.

El diseño fundamental del parque posee una serie de espacios estanciales independientes, conectados entre sí por varios y caminos que se combinan con la posibilidad de usos deportivos y zonas de juegos infantiles que dan contenido a cada uno de estos espacios: circuitos de footing, rocódromo, carril bici, etc. Merece destacar, asimismo, que las obras del parque consolidaron la nueva avenida que lleva el nombre del profesor Pablo Naranjo, nuevo eje muy importante de tráfico en la zona, sobre todo para acceder al hospital San Pedro de Alcántara y el nuevo vial trasero de la Residencia Donoso Cortés.

No obstante, la actuación más singular fue la ejecución de un gran lago artificial de cerca de 5.000 metros cuadrados, con un volumen de agua, en circuito cerrado, similar al consumo de la ciudad en un día, que cuenta con un sistema de recirculación y filtrado, pudiendo ser navegable con barcas desde un embarcadero habilitado para tal efecto.

El profesor Antonio J. Campesino en su libro ‘Estructura y Paisaje Urbano de Cáceres’ recoge «el gran acierto en la creación del parque de Cánovas como pulmón verde y nexo de unión entre el barrio antiguo y la plaza de América, lo que permitirá un acceso directo al núcleo urbano desde la carretera de Salamanca, Mérida y Badajoz y Medellín». Al cual desde aquí refiero y me adhiero a la importancia principal de Cánovas para la vida de los cacereños desde su creación en 1930.