Luisa cuida de sus hijos de 15 y 5 años, no tiene pareja y debe costear todos los gastos diarios. Se enfrenta a dos problemas. "Primero: trabajo en la limpieza y mi nómina no llega a los 600 euros mensuales. Segundo: también necesito una casa". Le piden 420 euros por alquilar un piso y 120.000 por comprarlo. "Imposible", confiesa. Por todo ello, Luisa hizo ayer cola para asistir a la sesión informativa de las viviendas a 60.000 euros en el Gran Teatro, y logró un puesto de privilegio en la primera sesión. "He echado cuentas y es la única forma de tener una casa", explicaba nerviosa desde su asiento.

La gente abarrotaba todos los espacios: el patio de butacas, los palcos, los pasillos, la cola interminable del exterior donde crecía la irritación... Había jóvenes, muchísimos jóvenes, y numerosos padres en busca de información para sus hijos, además de residentes de los pueblos cacereños. Carmen, de 42 años, nacida en Alía y emigrada a Cataluña, encontró hueco en la penúltima fila. Está dispuesta a regresar a Cáceres con su marido y sus hijos de 25, 23 y 19 años si consigue una casa a 60.000 euros. "Echamos de menos la tierra, ésta es nuestra oportunidad".

Las tres claves

Los 2.000 asistentes tenían ante todo tres preguntas: la financiación, el plazo de obras y el enclave, porque pocos acertaban con la ubicación de las viviendas, en la carretera del Casar. "A ver si me toca por Nuevo Cáceres", decía un joven. "O por el hospital", contestaba otro. "Yo en Mejostilla, en la ronda norte", apostillaba un tercero.

Entre el público, muchas parejas jóvenes que ya soñaban con poner fecha a su boda si los plazos eran prudentes. Sonia y Víctor, de 27 y 29 años, veían el final de su larga búsqueda: "Nos piden de 90.000 euros para arriba por casas muy normalitas, vamos, una hipoteca hasta los 60 años, y eso que trabajamos los dos. Pero esto está al alcance", decían ilusionados. A su lado, Ricardo y Patricia relataban su búsqueda de pisos de segunda mano inalcanzables: "Con suerte, ahora lo tendremos nuevo".

Francisco, cordobés de 25 años, consiguió un asiento en la última fila: "Llegué hace cinco años a Cáceres como sanitario y no hay manera de encontrar un pisito. Sólo con ayuda institucional puedo lograrlo". Otros muchos casos similares esperaban fuera, en una cola de 500 personas que se perdía por la calle Parras. Miles de hogares en proyecto.