En un solo día tres familias presentaron denuncias en la comisaría cacereña después de que pandillas de adolescentes, de entre 14 y 18 años, robasen a sus hijos el fin de semana del 10 de enero. Los ladrones se sitúan especialmente en las inmediaciones de los centros comerciales y amedrantan a los menores, a los que les quitan el dinero que llevan, los teléfonos móviles y a veces los abrigos. En uno de estos casos, los chavales se llevaron el bolso de una de las niñas, donde guardaba 35 euros, dos móviles y las llaves de su casa.