Los vecinos del Wok exigen que se desinfecte el restaurante porque en su interior hay comida putrefacta que provoca malos olores y la presencia de ratas, moscas y cucarachas. Piden que se solucione cuanto antes porque la situación es "insufrible" ya que con el calor el hedor se hace más intenso y se ha impregnado en el interior de sus viviendas.

Los problemas a consecuencia del derrumbe del techo del restaurante asiático no terminan. A la inseguridad que sienten los residentes ante el estado de la estructura de sus bloques (está dañado el 52 y en menor medida el 46, 48, 50 y 54), se unen ahora los malos olores. El hedor ha comenzado hace al menos una semana y se ha acentuado los últimos días por el intenso calor. Se debe a la cantidad de comida en estado de descomposición que se acumula en su interior. Los alimentos se han deteriorado después de llevar mes y medio dentro de las cámaras, que no funcionan al estar desconectada la luz del establecimiento.

La situación afecta sobre todo a los residentes de los bloques 50 y 52, quienes ya han remitido un escrito al ayuntamiento para pedir que envíe a operarios de Conyser especializados en la materia para desinfectar la zona. "El ayuntamiento es quien tiene los medios para fumigar la zona. Dicen que avisarán a Conyser para que estudien la situación. Más que los olores, que son insoportables, es un problema de salubridad. Los vecinos no paran de llamarme diciendo que el olor se ha metido en sus casas", indicó ayer el administrador, Juan Antonio Martín.

POR LA COCINA El problema salió a la luz cuando los dueños del restaurante asiático de la avenida de Alemania procedieron a su apertura por la entrada trasera (donde se encuentra la cocina) para comenzar las labores de apuntalamiento. Nada más abrir la puerta el olor se apoderó de toda la calle. "Huele muy mal. Hay marisco, carne y pescado. Se ha estropeado todo", explicaron a este diario los propietarios del Wok, Xiongxing y Xueliang. Según explicaron los propietarios, ese día sacaron parte de los alimentos en estado de putrefacción. Ahora lo que se necesita es fumigar y desinfectar la zona para evitar que las ratas y cucarachas llenen el restaurante y el patio interior de los edificios, conectados por el agujero producido por el desplome del techo del local, que continúa abierto.

APUNTALAMIENTO En la tarde de ayer concluyeron las labores de apuntalamiento en el interior del restaurante asiático. Hoy está previsto que el arquitecto de la obra, José Luis Pedrera, inspeccione la zona y valore si los puntales están bien colocados. Después técnicos municipales deberán corroborar que con la instalación de dichos puntales el edificio está seguro y emitirán un informe al ayuntamiento. Si todo está correcto, el gobierno local dará orden para que las dos familias desalojadas regresen a sus viviendas. "Si los trámites no se retrasan pueden dar la orden de realojarlos mañana --por hoy--. Están deseando volver. Esperan esa llamada como agua de mayo porque ha pasado ya mes y medio. Quieren volver a su hogar", dijo el administrador del edificio, Juan Antonio Martín.

El resto de los locales afectados por el derrumbe del pasado 11 de abril ya han sido apuntalados. Son tres, además del propio restaurante: uno comercial de venta de bombas eléctricas, la iglesia evangélica y otro local vacío situado junto a 'Pizza Móvil'. Ahora solo resta que el arquitecto finalice el proyecto para reforzar el forjado del edificio número 52, cuyo presupuesto podría ascender a los 80.000 euros. Después deberá realizarse también un informe sobre el estado de la estructura del resto de los bloques colindantes para determinar si es necesaria una actuación. Una vez realizados los informes, se procederá al arreglo del restaurante y a tapar el agujero. Pero para eso habrá que esperar, al menos, un año.