Cuando no puede ser, no puede ser, y además es imposible. El Don Benito venció a un apático Moralo que apenas disparó a puerta a lo largo de los 90'. Los locales, con un juego muy vertical por ambas bandas, desbordaron en numerosas ocasiones a los verdes y gozaron de claras acciones para haber ensanchado aún más las distancias en el marcador. Con su acierto sobre el portal de Iván y la presión en medio campo se entiende la goleada. La diferencia que existe entre ambos equipos en estos momentos, como reconocieron los entrenadores Javier Pereira y Rafa Rincón Rus al final del choque, se reflejó en todo momento sobre el campo. Aunque duela reconocerlo, la Liga del Moralo este año no es pelear con los pesos pesados del grupo. Pero tampoco es fallar, como ha hecho en otros compromisos, con rivales asequibles. Enlazar varias jornadas sin perder es lo que ahora más necesita el equipo de Navalmoral para olvidarse del miedo a perder y, sobre todo, para escalar puestos que le despeguen de las cinco últimas posiciones por varios puntos.

El enfrentamiento en campo dombenitense comenzó a escribirse trascurrido el primer minuto. Quini no llegó a un balón aéreo al saque de una falta desde el centro del campo, e Izquierdo, detrás y desmarcado, sólo tuvo que disparar a puerta para marcar el primer tanto. A partir de ahí los locales se crecieron y fueron hundiendo al rival poco a poco con ataques muy peligrosos. Así llegaron los dos siguientes goles antes de concluir una gran primera parte rojiblanca. La segunda fue algo más igualada porque los dombenitenses no pisaron a fondo el acelerador por quedar el choque decidido a los 50' de juego. Pedro, aprovechándose de un rechace dentro del área poco antes del pitido final, maquilló la goleada marcando al portero menos goleado del grupo. Ironías del fútbol