Un año más, Navalmoral ha vuelto a decir "basta ya" ante la violencia de género. Cada 25 de noviembre, de una forma u otra, se multiplican los actos para pedir que se siga en la lucha, que no se cese en denunciar la primera causa de muerte en la mujer, que arroja números escalofriantes que superan al cáncer o a los temidos accidentes de tráfico. En Extremadura, hasta el mes de septiembre, se han llevado a cabo 924 denuncias por violencia de género, un 18% más que en el mismo periodo del año pasado. En lo que va de año, 59 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en todo el país. Un problema que afecta a una de cada cinco mujeres europeas a pesar de vivir en un continente en el que se lucha por la igualdad de hombres y mujeres. A pesar de que presumimos de ser una sociedad "civilizada" los datos revelan que algo falla, que sigue imponiéndose el fuerte al "supuestamente débil", que sigue triunfando el rancio pensamiento de que los seres se sienten con el derecho de apropiarse y de poseer a los seres humanos. Ante esto, un día al año la sociedad reivindica que se acabe con la violencia contra la mujer. Los partidos políticos, las asociaciones y colectivos programan actividades que prácticamente se superponen en días y horas. Sin embargo, a pesar de la multitud de actos todavía no existen todos los recursos necesarios para que la mujer, víctima de maltrato, no vuelva a sufrir este "atentado contra los derechos a la vida, a la libertad, a la dignidad". Todavía observamos atónitos como, a pesar de la fortaleza de aquellas mujeres que deciden denunciar a su agresor, hay sentencias que la obligan a vivir a tan sólo a unos metros del que, si nada lo evita, será su asesino.A pesar de que cada vez exista mayor concienciación, hasta que no logremos, algún día, la verdadera igualdad de hombres y mujeres en todos y cada uno de los ámbitos de la sociedad, se seguirá atacando a la mujer, por ser mujer.