El pasado domingo terminaron las fiestas en honor de la patrona de Jarandilla de la Vera, la Virgen del Sopetrán, una festividad religiosa que cada año crece en participación y devoción según explica Dolores Núñez, a la que sus vecinos conocen como Loli. Ella es la presidenta de la cofradía de la Virgen, a la que pertenecen más de 700 cofrades.El acto más emotivo, afirma Loli, es el que se vive el miércoles por la mañana cuando los 12 mayordomos bajan a la Virgen de su camarín. Cuando la patrona desciende al nivel de los fieles, acapara todas las miradas y son muchos los que la piropean; todos quieren acercarse a besar a su protectora. Loli cuenta que es difícil transmitir con palabras la emoción que se vive, en la que son muchos los rostros que se empañan por las lágrimas de la ilusión, que se vive una vez al año.SANTO ROSARIODentro de la programación de los actos religiosos este año al ser decretado por el Papa como el año del Santo Rosario, se incorporó esta celebración. Se realizó un recorrido por las calles del municipio, para el que se repartieron más de 200 velas. El rosario "resultó muy bien, fue muy participativo " explica Loli. Reinó el silencio y se respiraba una gran devoción presidida por el estandarte de la Virgen. Por este motivo, según la presidenta, esta novedad dentro de los actos de culto podría incorporarse al programa que se repite cada año.En esta ocasión, las fiestas patronales se aprovecharon para rendir homenaje al sacerdote Valentín Soria, que a pesar de no ser natural de la localidad lleva medio siglo en Jarandilla de la Vera.SER MAYORDOMO DE LA VIRGENLa Cofradía de la Virgen del Sopetrán, una asociación religiosa de fieles, está formada por más de 700 cofrades; de estos, cada año se selecciona (por riguroso orden de lista) a 12 que servirán a la patrona como mayordomos. La presidenta manifiesta que es un honor ser mayordomo de la Virgen. Este año se han nombrado hasta el cofrade número 468, y los del año próximo ya han aceptado este nombramiento que por motivos obvios, sólo llega una vez en la vida.Loli explica como ser mayordomo es una experiencia "inolvidable ", además de atender a la Virgen, repartiéndose los meses del año entre los 12; incluso para hacer las labores de limpieza de la ermita se crea un lazo de unión entre los nombrados que da la convivencia "muy fuerte ". Destaca que personas que apenas se conocen viven como una gran familia cada celebración. Afirma: "nace una amistad que se recuerda para siempre ", y que se renovará cada año. De hecho, apunta que todos estarían dispuestos a volver a repetir la experiencia.Así llegó el domingo, una jornada en la que la patrona regresa de nuevo a su ermita, donde permanece el resto del año para la visita de sus fieles. Después de cinco días de celebración la Virgen del Sopetrán vuelve a descansar en el lugar que el pueblo de Jarandilla, con sus donativos logró construir en el siglo XVIII (1739-1749).