Como si fuera el típico video de Youtube en el que un americano de Pensilvania o California llega el gimnasio hecho un tirillas y se pone a levantar pesas. Van pasando los días y de levantar 9 kilos pasa a 20 y después a 40, pasando instantáneas de como va creciendo, con frases motivantes en las que se repiten las palabras «esfuerzo», «humildad» o «trabajo», hasta plantarse con 150 y subiendo. Hasta convertirse en un armario. Una transformación así es la que ha vivido el Villanovense en este último año. De equipo endeble ha pasado a ser un forzudo que presume de músculo.

Y el primer día que ese Villanovense entró en el gimnasio fue hace un año. Llegó tal día como hoy. En una rueda de prensa modesta, con poca expectación. Los focos estaban más centrados en el porqué de la destitución de Julio Cobos. Poco se sabía entonces de Manuel Real Jiménez. Lo único que estaba claro es que le quedaba un calendario complicado por delante, y sólo ocho jornadas. El Villanovense estaba en serio peligro de descenso. Un año después los serones se encuentran terceros, esperando al líder el domingo, con el cuchillo entre los dientes.

Se decía que era un entrenador defensivo, que el calendario era complicado, pero terminó la temporada consiguiendo 15 de los 24 puntos posibles. Es más, sacó partidos adelante hasta con buen fútbol. En esta campaña, con la llegada de nuevos jugadores, los serones han dado un salto increíble que les hace estar entre los mejores de la categoría.

Los números no engañan, cuando el entrenador andaluz llegó al Romero Cuerda el equipo tenía 32 puntos, y estaba en el puesto de promoción. Siete jornadas después se permitía el lujo de ir a Sevilla ya salvado a jugar contra el Betis B y un año después es tercero, con 50 puntos, con opciones de jugar el ascenso a Segunda A.

El balance en este periodo es de los mejores en el Grupo IV con un total de 18 partidos ganados, 11 empatados y 9 perdidos, lo que le he permitido conseguir al Villanovense 65 de los 114 puntos disputados hasta el momento.

Unos números que se acompañan de sensaciones, porque el Villanovense ha demostrado que se puede ser un equipo modesto, ganar y estar con los mejores jugando bien al fútbol. La filosofía Sanlúcar se la ha creído la afición y los jugadores.

Con proyecto

De este periodo Manolo Sanlúcar destaca los ocho partidos finales de la temporada pasada, para él los más importantes que han hecho, «el club estaba en una situación muy difícil, todo lo que está pasando este año sin aquello hubiese sido imposible, y el valor lo más grande lo tiene aquello».

Pero después del éxito que supuso salvar al equipo el gaditano decidió quedarse, en este sentido también influyó lo bien que se encuentra en Villanueva de la Serena. «El trato que se me da es exquisito, no solo en el club, sino también fuera y esto para mi es muy importante».

El de Bornos se lo piensa mucho a la hora de destacar un momento por encima de todos, «espero que el mejor partido esté por llegar», aunque se queda cob el buen juego en campos difíciles como Jumilla, Huelva o Cartagena. Revela que uno en los que más satisfecho ha estado con sus futbolistas fue el partido de la primera vuelta contra el Mérida. «En esa primera parte en casa me di cuenta que tenían más guardado. Les dije ‘hostia, me tenéis engañado’, y creo que sacaron más intensidad y además ese día la grada del Romero Cuerda se inyectó con el equipo y jugó también».

Un año después el Villanovense sigue teniendo mucha presión, pero ahora es diferente. Reconoce que no es lo mismo pelear por descender que por estar en playoff. «La intensidad es igual, lo vives igual, pero es más bonito esto, pero es diferente, porque el año pasado nos jugábamos el futuro del club».

No se atreve a calificarse como mejor entrenador ahora que antes, pero sí con más experiencia: «En esta profesión, si no mejores, o vas actualizándote estás muerto, la experiencia te va haciendo madurar y mejorar».

Como el año pasado Sanlúcar afronta ahora los últimos ocho partidos de temporada con un objetivo difícil y con un calendario complicado. Para el técnico gaditano la clave va a estar en los partidos de casa. «Ganándolos, porque creo que fuera de casa algo vamos a sacar estaríamos en puesto de playoff, eso sería cumplir objetivo». No se atreve a destacar cuál puede ser el rival más difícil, cree que todo lo que viene ahora será complicado.

Así, en lo que queda de campaña, queda por comprobar hasta dónde es capaz de seguir aumentando de musculatura este Villanovense. La primera prueba de fuerza el domingo a las 18:00 horas contra el primero, La Hoya Lorca.