Uno de los secretos mejor guardado estos últimos días fue descubierto ayer por Jean-Marie Leblanc, el director del Tour. La organización de la prueba temió que Lance Armstrong fuera agredido por unos desconocidos durante la ascensión a Alpe d´Huez. El Tour recibió una carta anónima en sus oficinas de París que amenazaba al tejano. La policía se la tomó muy en serio. Nadie quiso indicar el idioma en el que había sido escrita la preocupante misiva.

Lo cierto es que Armstrong se ha quejado varias veces del público: de los aficionados vascos en los Pirineos y de los alemanes en los Alpes. Su seguridad es lo que más le inquieta. Posiblemente es la duda que le frena para anunciar que el próximo año volverá a la ronda francesa. Durante la cronoescalada a Alpe d´Huez, Armstrong tuvo una vigilancia especial.

El Tour también recomendó a sus compañeros que evitasen que fuera en los extremos del pelotón. El norteamericano trató de restar importancia ayer al tema de la seguridad. "Me han abucheado, pero ha sido una minoría. A veces no sé qué clase de campeón quiere la gente".