El duelo está servido. El O2 Arena de Londres será el escenario de la última gran batalla de la temporada entre Rafael Nadal y Roger Federer, con el permiso de la rodilla del mallorquín y de los otros seis mejores jugadores que disputarán las ATP Finals a partir de mañana. Un Masters en el que no estarán ninguno de los que lo jugaron en el 2016: Andy Murray, número 1 entonces y último campeón, además de Novak Djokovic, Stan Wawrinka, Milos Raonic, Kei Nishikori y Gael Monfils, además de Nadal , clasificado, que renunció también por lesión.

Nadal tiene grandes expectativas cara al único gran título que falta en su palmarés. Pero los problemas en la rodilla, que le obligaron a retirarse en París hace una semana, le complican un poco más el reto en un escenario que no es el mejor para su juego (indoor y pista rápida) y donde Federer, con seis títulos y otras tres finales, se presenta de nuevo como el gran favorito. «Estoy aquí para intentar llegar a la final e intentar ganarla. Y si es contra Federer, mucho mejor», ha dicho el mallorquín.

RIVALES NOVATOS / Pero antes de llegar a esa ansiada final, Nadal y Federer tienen mucho trabajo. El mallorquín, para clasificarse en el grupo Pete Sampras, ante Dominic Thiem (5-2, en sus enfrentamientos), Grigor Dimitrov (10-1) y David Goffin (2-0), mientras que en el grupo Boris Becker, el suizo tendrá como primeros rivales a Alexander Zverev (2-2 en sus enfrentamientos), Marin Cilic (7-1) y Jack Sock (3-0), seis rivales con ambición pero muy poca experiencia en el torneo (ver gráfico).

Para Nadal, el O2 Arena será la última etapa del año: «Una temporada fantástica, emocionante, aunque no la mejor de mi carrera», ha reconocido. Y una temporada de reconstrucción: «He podido competir sin problemas físicos prácticamente todos los torneos», pero en la que nunca pensaba que acabaría como número 1 mundial, circunstancia favorecida por las lesiones de Murray, Djokovic y Wawrinka, los tres primeros del ranking en el 2016.

La final de Australia, perdida en cinco sets contra su eterno rival Federer, le dio el impulso para sentirse en condiciones. De la mano de Carlos Moyà, a quien esta temporada incorporó a su equipo junto a Toni Nadal y Francis Roig, Nadal trabajó su tenis para adaptarse al juego de pegadores que domina el circuito. Ha acortado los peloteos, va más directo a ganar el punto y ha mejorado de forma espectacular la efectividad de su servicio (el 74% de puntos con el primer servicio y 284 aces en los 77 partidos disputados en el 2017, por el 69% y 115 en el 2016). Esos cambios le han permitido ganar seis títulos, entre ellos dos torneos del Grand Slam, pero no le han bastado para ganar ninguno de sus enfrentamientos directos con Federer este año (4-0 para el suizo).

El belga Goffin será el lunes (21.00 horas, Movistar) la primera prueba para ver su momento de juego tras el problema del tendón que arrastra en la rodilla derecha. «La rodilla me molesta. Si me retiré de París no fue por precaución, sino porque no podía seguir. El problema es difícil de arreglar en pocos días pero intentaré manejar la situación y competir al máximo nivel», recordó ayer.

Federer, su rival, con el permiso del resto de invitados a Londres, también se ha reencontrado con una recuperación extraordinaria que ni él mismo podía soñar cuando, antes de comenzar el año, parecía a punto de anunciar su retirada. El exnúmero 1 venía de seis meses fuera de combate por una lesión en la rodilla, que le obligó a pasar por el quirófano, y comenzaba el año en Melbourne como 17º del mundo.

FEDERER SE REGULA / Pero dos semanas después, a los 36 años, levantaba su quinto Abierto de Australia. Algo impensable, incluso para él. La racha continuó con dos títulos más en Indian Wells y Miami y, consciente de su edad, se abstuvo de apuntarse a la pelea sobre la tierra para centrar su objetivo del año en Wimbledon. Y cumplió ganando el octavo título sobre la hierba del All England.

El éxito le metía en la carrera por el número 1, pero no se obsesionó. «Ya no puedo jugar 25 torneos al año y he optado por un calendario más tranquilo y eso me permite llegar fresco y bien a este torneo. He tenido un curso sin prácticamente lesiones y estoy feliz de disputar las Finales ATP. Es uno de los mejores torneos del año, ya que juegas contra los mejores», ha explicado esta semana Federer en Londres.

Mañana abrirá el Masters ante Alexander Zverev, la revelación del año, dispuesto para la última gran batalla y el penúltimo duelo con Nadal. «Habría sido un duro golpe que no participara», recalcaba Federer sobre su enemigo número 1.