El impulso de ayer en la Moncloa puede ser decisivo para desencallar la reforma de la financiación autonómica, pero Gobierno y Generalitat catalana no sellaron todavía el acuerdo de principios que buscaba José Luis Rodríguez Zapatero. El jefe del Ejecutivo y el presidente catalán, José Montilla, se reunieron durante más de tres horas, con sus respectivos equipos económicos, para dejar constancia de la voluntad política, compartida por ambos gobiernos, de alcanzar un acuerdo sobre la financiación que recoja las principales demandas del Estatut y pueda ser extensible al resto de las comunidades autónomas. Los avances, según fuentes de la Moncloa, fueron "importantes y sustanciales", aunque fuentes de la Generalitat quisieron ser más prudentes y se limitaron a constatar "aproximaciones" sobre el modelo.

Esta distinción fue importante. Junto con Zapatero y Montilla, participaron en la reunión por parte del Gobierno el vicepresidente económico, Pedro Solbes; el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña; el secretario de política económica del PSOE y secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado; y el director del gabinete del presidente, José Enrique Serrano. Por parte de la Generalitat, estuvieron el conseller de Economía, Antoni Castells, y el secretario general del departamento, Martí Carnicer. Todos participaron en la reunión, a la hora del almuerzo, en la Moncloa.

El Ejecutivo catalán, que ha buscado que el Gobierno se aviniera primero a cumplir con los preceptos del Estatut, sin perjuicio de que el modelo pudiera beneficiar al resto de las autonomías, encontró ayer ese principio de bilateralidad con el objetivo de alcanzar el acuerdo definitivo antes del 31 de diciembre. Pero no valoró esa "aproximación" que apuntara a un inminente acuerdo.

Montilla pidió más garantías a Zapatero, que deseaba cerrar un acuerdo político antes del 31 de diciembre, dejando, para los primeros meses del año, el pacto global con el resto de autonomías en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). La Moncloa calificó la reunión de "satisfactoria".