María Soraya Sáenz de Santamaría Antón (Valladolid, 1971) representa a una nueva generación de dirigentes del PP. Pese a su juventud se ha convertido en uno de los rostros conservadores más conocidos y en solo una legislatura se ha ganado una cuota mediática que para sí querría más de uno dentro y fuera de su partido. Y eso que, cuando en el último congreso del PP (2004) fue nombrada secretaria de política autonómica y local, sus primeras comparecencias ante la prensa recordaban más a la de la joven opositora que acabó siendo abogada del Estado que a la líder política que se ha formado a la sombra de Mariano Rajoy. Pero Soraya aprende rápido y es una de las diputadas más cotizadas en las tertulias televisivas. Con su nombramiento como portavoz en el Congreso, Rajoy le reconoce su fidelidad.

Empezó trabajando con él, en el 2000, en la Vicepresidencia del Gobierno y desde entonces ha estado a su lado. En la pasada legislatura, el líder del PP le encargó uno de sus temas estrella: el rechazo al Estatut. Entonces demostró su valía como jurista pero también su cordialidad, reconocida por sus interlocutores socialistas y republicanos. En esta etapa, pese al trabajo que se le viene encima, seguro que la nueva portavoz buscará un rato para ir de cañas o a bailar, dos de sus principales aficiones. Ni que sea para celebrarlo.