El nuevo PP, es decir, el resultante del último congreso de Valencia, ha optado por cargar con la responsabilidad política de la gestión del accidente del Yak-42. Y lo ha hecho desde el mismo instante en que Mariano Rajoy decidió mantener a Federico Trillo en el área de Justicia e Interior del partido, pese a que el exministro de Defensa le "presentó su dimisión" el martes, confirman fuentes populares, antes de que se hiciera pública la sentencia sobre el caso Yakovlev, que envía a prisión a tres militares por falsear la identidad de algunos de los fallecidos.

Claro que, según parece, Trillo tiene una manera peculiar de presentar "la dimisión", porque no anuncia a sus superiores que se marcha, sino que les recuerda que ellos tienen la potestad de prescindir de sus servicios. Ya es la segunda vez que hace un recordatorio de estas características --el martes, a Rajoy; en el 2003, al expresidente José María Aznar--, ambas a raíz del Yak. Pero él consigue permanecer e, incluso, ganar terreno en el PP: ha pasado de ser pieza clave ante las reformas estatutarias o interceder ante los críticos de Rajoy a preparar la estrategia de defensa en el caso Gürtel. En junio del 2005, Trillo compareció por sorpresa en el Congreso para intentar dar réplica a las acusaciones que venía recibiendo por la gestión de la tragedia del Yak. El exministro confesó que llegó a poner su cargo a disposición de Aznar tras el accidente, un salida que el exjefe del Ejecutivo rechazó. Y el propio Trillo explicó las razones: "lo rechazó porque no era mi responsabilidad contratar; no era mi responsabilidad el traslado".

En aquel momento, con el voto de PSOE, IU, ERC, PNV y el grupo mixto, se reprobó al exministro y se le señaló como "responsable político" de la tragedia. Solo el PP votó en contra. La mayoría de los partidos del arco parlamentario, salvo CiU, siguen pensando lo mismo sobre Trillo.