Uno de los grandes ídolos del tenis mundial de todos los tiempos se ha tambaleado en el pedestal. Andre Agassi, ganador de ocho títulos del Grand Slam, confiesa que durante el momento más difícil de su carrera tomó drogas y mintió a las autoridades deportivas para no ser suspendido por dopaje. En los extractos de su autobiografía, que ayer adelantó en exclusiva el diario londinense The Times, Agassi admite que se aficionó a la metanfetamina, una droga sintética que provoca euforia. Cuando se la proporcionó por primera vez su ayudante, Slim, su carrera deportiva iba de mal en peor a consecuencia de una lesión en la muñeca y tenía serias dudas sobre su matrimonio con la actriz Brooke Shields.

En Open: an autobiography , que se publicará en EEUU el 9 de noviembre, describe el momento en que probó la sustancia prohibida. "Slim depositó unos polvos en la mesilla. Lo cortó y lo esnifó. Lo volvió a cortar y lo esnifé". "Nunca me hubiera sentido tan vivo, lleno de esperanza y con tanta energía".

LA MENTIRA Poco después el tenista recibió la llamada del médico que trabajaba para la Asociación de Tenis Profesional (ATP), informándole que había dado positivo en un control antidopaje. "Mi nombre, mi carrera, todo estaba en la cuerda floja. Todo lo que había logrado, todo por lo que había trabajado, podía no significar nada de pronto". Alarmado, Agassi, decidió mentir a la ATP para evitar una sanción que le retiraría durante tres meses de las pistas y ensombrecería su trayectoria. "Escribí una carta a la ATP para informales de que Slim era un consumidor regular de drogas y mezclaba a menudo la meta con refrescos, lo que era cierto. Pero añadí que había bebido uno por accidente". "Prometí que esa mentira ponía fin al asunto". La ATP decidió dar por buena la explicación y no divulgar los resultados de los análisis.

Famoso tanto por su excelente juego como por la indumentaria y la melena, después de caer de la lista de los 100 jugadores mejores del mundo, Agassi protagonizó un retorno espectacular, ganando el Open de Francia en 1999 y culminando aquel año como número 1 después de ganar el Open de EEUU por segunda vez. Antes de retirarse, ya calvo, en el 2006, había conseguido llevarse tres títulos más del Open de Australia. En ese periodo también ganó la partida en su vida sentimental. Rota su relación con Shields, en el 2001 se casó con la que fuera campeona alemana Steffi Graf. La pareja tiene dos hijos, reside en Las Vegas y lleva una vida discreta.