Ya lo dejó claro Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias : "Los diamantes son los mejores amigos de una mujer". Y así lo demostró en el estreno del célebre filme: la estrella lució la luna de Baroda, un diamante amarillo de 24 quilates que cuenta con una suculenta leyenda y unos misteriosos compradores, pues incluso hoy sigue siendo un secreto quién es el propietario de esta descomunal pieza.

Hasta el 8 de junio, el famoso diamante puede contemplarse junto a otras legendarias joyas que pertenecieron a destacadas féminas en la exposición Diamond Divas , que acoge la ciudad del diamante, Amberes (Bélgica). La muestra exhibe 80 de las piezas más exquisitas que brillaron en la piel de iconos del celuloide, damas de la realeza y aristócratas. Son joyas de incalculable valor.

VIDA PROPIA

Muchas de estas alhajas que se exponen han llegado de colecciones privadas de todo el mundo y son joyas con vida propia, pues cada una de ellas cuenta con una historia fascinante que revela la personalidad y el gusto de quien las llevó.

Entre los muchos objetos cabe citar algunos, como la gargantilla en forma de serpiente que lució la actriz británica Joan Collins y las estrellas confeccionadas en oro, plata y diamantes con que engalanaba sus vestidos la emperatriz Elizabeth de Austria y Hungría. Un artículo fuera de lo común es la máscara con plumas de marabú que escondía el rostro de Elisabeth Taylor. Otro de los diseños es la tiara bordada de diamantes que lució Madonna en su boda con Guy Ritchie, una pieza con 765 diamantes de 1910.

En esta insólita muestra también es posible contemplar las magníficas joyas que recopiló la más glamurosa de las divas del cine mudo, Gloria Swanson. Hay también valiosos brazaletes de la colección Art de Cartier .

Entre el repertorio figura una tiara de diamantes y piedras preciosas que fue propiedad de la heredera del imperio tabaquero estadounidense Doris Duke, que antes de morir donó su fortuna a una fundación caritativa. La vida de Duke encaja de maravilla con el misticismo de esta exposición. Su estilo también sirvió de inspiración a una de las colecciones del elitista diseñador neoyorquino Michael Kors.