La princesa Diana le dijo a Tony Blair que Guillermo y no Carlos debía ser el próximo rey de Inglaterra. La conversación tuvo lugar durante una cena en enero de 1997, cuando Blair era aún jefe de la oposición. Los detalles del encuentro, en el que el líder laborista "flirteó" con la princesa, fueron revelados ayer ante el juez. Diana comentó a sus abogadas, Maggie Rae y Sandra Davies, que temía por su vida. Rae describió el otro lado de la adulada Diana: "Vivía en un ambiente muy extraño. Creo que estaba muy sola". También se supo que el jefe de la policía británica en 1997, Paul Condon, aconsejó a Isabel II que prohibiera a la princesa pasar las vacaciones con la familia de Mohamed al Fayed.