Christian Lacroix, el modisto del color, del mestizaje, la opulencia y la imaginación desbocada acaba de soplar las velas de sus 20 años en la alta costura. Y para celebrarlo, el Museo de las Artes Decorativas de París consagra una exposición a su trabajo. No es una retrospectiva ni un exhaustivo repaso a toda su carrera. Christian Lacroix, historias de moda permite --hasta el 20 de abril-- acceder a otra dimensión de la moda vista a través del maestro de Arles.

Convertido en comisario de su propia exposición, el modisto se ha ocupado de todo. Desde la elección de los 80 modelos que ilustran su trayectoria hasta su original puesta en escena. Para acompañar sus creaciones, Lacroix se ha sumergido durante año y medio en los fondos del museo. Es decir, en un monumental ropero de 80.000 piezas, algunas de las cuales se remontan al siglo XVII, para elegir los 500 modelos que constituyen el telón de fondo de la muestra. 200 de estos trajes nunca habían sido expuestos.

HISTORIA DE LA MODA "He seleccionado las piezas más inspiradas para contar mejor la historia de la moda como el conservador de museo que quise ser", confiesa el modisto, que estudió Historia del Arte. Para ello, ha optado por reducir a lo esencial la exhibición de sus creaciones, realizadas entre 1987 y el 2007, en favor del valor añadido que aportan las piezas del museo. Distribuidos en 24 temas diferentes, los modelos más emblemáticos de Lacroix se muestran rodeados de trajes de épocas y estilos dispares, pero asociados a la temática en cuestión.

Esta interpretación personal de la moda aporta una visión tan fresca como reflexiva, que abre la puerta a pequeños descubrimientos. Por ejemplo, que en el año 1939 Chanel versionó uno de los temas fetiche de Lacroix: las gitanas. "Las mezclas prohibidas de colores y estampados siempre me han seducido, como las gitanas del Arles de mi infancia. Sus aires altaneros, su manera libre de unir las rayas de una camisa de hombre con un echarpe de bordados multicolores nunca han dejado de atraerme", confiesa el modisto.

La muestra también refleja la influencia en las tendencias actuales del modisto nacido hace 56 años en el sur de Francia, así como su gusto por lo suntuoso y lo étnico. Y su querencia por todo lo que está relacionado con el folclore español.

"Arles es la ciudad más española de Francia. Cuando tuve que imaginar lo que sería la moda de Christian Lacroix me volví de forma natural hacia esa España tan familiar y lejana a la vez", relata el primer creador que consiguió llevar el traje de luces a la pasarela.