Michael Douglas ha optado por no deprimirse y seguir el consejo que le dio su padre, Kirk Douglas, de no perder el sentido del humor para tratar con el cáncer de garganta que le diagnosticaron hace un mes. El actor, de 65 años, ha hecho sus primeras declaraciones en el programa Late Show with David Letterman , donde confesó que el tratamiento con quimioterapia y radiaciones es muy agresivo, le provoca náuseas continuas y "lo deja muy tocado". "Este cáncer lo causan, sobre todo, las bebidas alcohólicas y yo además fumo. Ahora se encuentra en una fase muy avanzada, pero existe un 80% de posibilidades de recuperarse. Es una lucha y voy a vencer", explicó el artista durante el programa.

Cuando termine el tratamiento de ocho semanas de quimioterapia y radiación, los médicos evaluarán si es necesaria una intervención. Dependiendo de la gravedad de su enfermedad, el actor podría perder la voz, el olfato y el gusto, además de respirar de por vida por un agujero en la parte baja del cuello.

Su mujer, Catherine Zeta-Jones, declaró a la revista People que se enfadó con los médicos por no haber detectado antes el cáncer. Según sus declaraciones, su marido "fue en varias ocasiones al hospital por molestias en la garganta y los oídos, pero no le encontraron nada". "Así que me fui de vacaciones y pasé un verano estupendo con Catherine y los niños en España. Fuimos a Rusia, San Petersburgo, que es genial", recuerda Douglas.

Tampoco es fácil para Zeta-Jones, casada con el actor desde hace 10 años, que confesó a la revista People lo mucho que le está costando ver a su marido en este estado. "Sé que debería ser fuerte, pero psicológicamente no puedo. Lo peor de todo es ver a mi marido fatigado, porque Michael nunca se cansaba".

A pesar de su enfermedad, Michael Douglas no deja de ser un actor veterano de Hollywood y no puede desaparecer de la gran pantalla. Actualmente prepara su próxima película Wall Street: el dinero nunca duerme , donde recupera el papel que interpretó en la película Wall Street , como Gordon Gekko, por el que ganó el Oscar al mejor actor protagonista en 1987.

La estrella incluso bromeó en el programa de David Letterman y explicó que nunca se había visto tan bien en la pantalla. "El filme muestra una Nueva York muy sexy y atractiva. A mi también se me ve muy bien", confesó entre risas el actor.