Los cinco miembros con los que se fundó el club se convirtieron al poco tiempo en quince, por lo que cree que "en el momento que el Club tenga actividad, se arraigará más esta afición en la zona". La falta de instalaciones para desarrollar esta práctica con seguridad se ha convertido en su principal lucha.

¿Cómo practicaba antes de constituir el Arco Club?

--Pues de manera furtiva, pero es necesario reunirse y hacerlo de forma legal, en las instalaciones adecuadas y sin causar ningún problema.

Pero aún se enfrentan a su principal preocupación...

--Pues sí, la falta de un lugar para poder instalarnos. Tras dos años de reiteradas conversaciones con el ayuntamiento y a pesar de haber recibido muy buenas palabras, lamentablemente seguimos en el punto de partida.

¿Hay propuestas de poblaciones de la zona?

--Sí. Pueblos como Rosalejo y Valdehúncar se han ofrecido para darnos un espacio, pero estamos empeñados en que sea realidad en éste en que vivimos, y es donde no encontramos apoyo.

¿Cuál es la meta?

--Crear una escuela de tiro con arco, donde podamos aprender y perfeccionar aquellos que ya tenemos algunas nociones. Tener material para los que no puedan adquirirlo --aunque un kit básico cuesta unos 150 euros--, despertar el gusanillo por este deporte que exige mucha destreza y ayuda a descargar el estrés.

¿Conoce algún centro de tiro con arco en Cáceres?

--Los de Plasencia y Cáceres, cuyas instalaciones son espectaculares. De hecho, la subcampeona del mundo procede de este último y su entrenador nos propuso venir a realizar alguna exhibición para dar a conocer este deporte, pero no tenemos donde hacerlo. También el presidente de la Federación Extremeña nos llamó para poner a nuestra disposición lo que estuviese a su alcance.

¿Qué le pedirían a nuevo equipo de gobierno?

-- Que prestase atención a la solicitud que presentamos hace dos años. Esperamos que pronto podamos gozar de un club y un deporte prácticamente desconocido. Será algo positivo para nuestro pueblo, que necesita activarse en temas deportivos.