Javier P. J. (el único niño superviviente de la desgracia acaecida en una charca cercana a Navalmoral de la Mata en la tarde del pasado domingo) recibía ayer el alta hospitalaria tras permanecer ingresado durante tres días en el hospital Campo Arañuelo. Javier ingresó en la tarde del domingo con síntomas de casi ahogamiento , tras ser rescatado su cuerpo de una charca ubicada entre el camino de la Encina Churra y la Cañada Real junto a tres primos, que desgraciadamente ya habían fallecido.

Antonio Jiménez, tío tanto de los fallecidos como de Javier, afirmó que "le han quedado muchas secuelas físicas y psíquicas", mostrándose satisfecho ante la evolución favorable del joven, que tan sólo tiene 6 años.

En cuanto al estado de los demás familiares, afirmó que estaban destrozados, pero que habrían de afrontar la realidad, toda vez que los padres de los fallecidos tienen otros tres hijos menores: "Estamos hechos polvo. Parece mentira que esto haya podido pasar, pero es la realidad, así que tendremos que coger fuerzas para salir adelante. Los que peor lo están pasando son los padres, pero tendrán que ser fuertes ya que tienen otros tres niños que sacar adelante".

FATIDICA TARDE La tragedia se fraguó hacia las siete de tarde, cuando Samanta, Cristian y Roberto --hermanos de 12, 10 y 5 años respectivamente-- escaparon de la parcela familiar donde se encontraban pasando la tarde para jugar en un prado cercano. Allí existen dos charcas que hacen las veces de abrevadero para el ganado, algo muy habitual por esta zona. A falta de una versión oficial, ya que la juez ha decretado secreto de sumario, los indicios apuntan a que uno de los menores pudo caer al agua y el resto, al intentar salvarle, corrieron la misma suerte. Cuando los servicios médicos y de urgencia llegaron al lugar de los hechos, comprobaron que tan sólo el cuerpo del pequeño Javier estaba todavía con vida.

En cuanto a los propietarios del prado y la charca donde sucedieron los fatídicos hechos, la familia Ramos, continúan sin pronunciarse al respecto, aunque sí afirman lamentar la muerte de los pequeños como el que más.