El cierre de la puerta del centro con salida a la calle Luis Chamizo provocaba hace un mes el malestar de un gran número de socios, que consideraban esta decisión "arbitraria" y conducida por "intereses ocultos". Añadían que el acceso principal era inadecuado y peligroso para los discapacitados "por la larga rampa que posee".

Las declaraciones de la Consejería justificando el cierre por razones de control de paso de las personas al hogar no convencen a algunos socios que, como Santiago Margaret, consideran que "vulnera el carácter público de este centro". Afirman, al mismo tiempo, que el edificio "no cumple las normas de seguridad".