La alcaldesa de Alburquerque, Marisa Murillo, y cinco de sus concejales, que hasta ahora formaban parte del grupo gobernante municipal del PSOE, han comunicado el abandono del referido grupo municipal pasando a ser concejales no adscritos. La corporación la forman 9 ediles socialistas y 4 de IPAL (Independientes por Alburquerque). Tras las dimisiones de dos concejales del PSOE, solo uno de los concejales del grupo gobernante, Juan Carlos Prieto, permanece fiel al PSOE.

Según el portavoz de IPAL, Manolo Gutiérrez, esta decisión se ha tomado tras conocerse la expulsión del POSE de la alcaldesa, y «adelantándose a la expulsión prevista del resto de concejales fieles al anterior alcalde, Ángel Vadillo».

Por otra parte, el grupo gobernante ha tomado la decisión de contratar a Ángel Vadillo como su coordinador-asesor y portavoz «ante las insistentes peticiones que nos trasladan los vecinos, así como la necesidad política y de gestión y en cumplimiento de lo que expresamos en la campaña electoral». Según indican en una nota de prensa, su única pretensión es formar un equipo de gobierno «fuerte para dar solución, en primer lugar, al problema de los trabajadores y cualesquiera que beneficien a los alburquerqueños, y para ello necesitamos a Ángel Vadillo trabajando con nosotros». A la mayor parte de los trabajadores municipales, unas 200 personas, se les adeudan cinco y hasta seis meses de su salario, lo que ha elevado el tono de sus protestas, convocando concentraciones diarias y semanales, y llevando las mismas a las puertas de la Asamblea de Extremadura en Mérida para pedir auxilillo a los representantes políticos regionales.

Para Víctor Piriz, diputado en el Congreso y portavoz del PP de la provincia de Badajoz, la contratación de Vadillo se trata de «un atropello más», a la vez que pide de nuevo al PSOE regional «que solucione el problema de los impagos y no permita que el único y exclusivo culpable de lo que está pasando siga al frente del ayuntamiento».

En la misma línea se manifiesta el portavoz de IPAL, quien opina que «el causante de la ruina de Alburquerque y de todo lo que está pasando es Vadillo, y a partir de este lunes tendrá despacho propio y catorce pagas anuales de 1.500 euros». La alcaldesa achaca los retrasos e impagos de nóminas que sufren los empleados municipales, alrededor de un millón de euros, «a la cantidad de servicios públicos que tenemos, sumado a la subida del SMI que no venía recogida en las subvenciones, por lo que nos ha causado desajustes en tesorería». No obstante, ha anunciado «cambios radicales políticos y de gestión para darle solución».