Cuatro días de representaciones

Oliva de la Frontera se vuelca en su Pasión

La localidad pacense cumple el próximo año medio siglo escenificando los últimos días de Cristo

Jesús en el templo, una de las escenas representadas este Domingo de Ramos.

Jesús en el templo, una de las escenas representadas este Domingo de Ramos. / Carlos Carro

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Otras localidades escenifican en vivo los últimos días de Jesucristo. Todas con sus particularidades. Muchas son las que caracterizan la Pasión Viviente que se representa en Oliva de la Frontera (Badajoz), que le han valido su reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Nacional.Pero si hay algo que realmente la distingue es que «todo lo hacemos nosotros», destaca el presidente de la Agrupación Local de la Pasión Viviente, Manuel Barroso. «Participa mucha gente del pueblo, tenemos una convivencia muy grata en los ensayos, montando y desmontando, con momentos de risas y complicidad, y eso no se cambia por nada».

Más de medio millar de oliveros intervienen en la representación como actores o figurantes, a los que se pueden unir los foráneos, siempre que lleven la indumentaria adecuada, para la que la organización es muy estricta, pues no permite elementos anacrónicos y además está muy empeñada en la renovación de las vestimentas para que sean fieles a la época a la que se trasladan los rincones transformados en escenarios, incluido el paseo de las Palmeras, reconvertido en mercado. Jesús Gil Soto volverá a interpretar a Cristo y se estrenará en el papel de su madre María de Nazaret (es su nombre real) Gamero Portillo, que estaba llamada a relevar a María de los Ángeles Barroso, a la que acompañaba como buena mujer.

Del Domingo de Ramos al de Resurrección

Oliva de la Frontera celebra su Pasión Viviente cuatro días, durante los cuales los balcones de las calles y plazas por donde discurre se decoran con telas rústicas. Comenzó el Domingo de Ramos, con la representación de los milagros de Jesús en la plaza de España, la llegada a Jerusalén por el paseo de las Palmeras en su burrita, aclamado por los grupos de niños, y concluyó en la escalinata de la parroquia de San Marcos, donde echó a los mercaderes del templo.

La representación continúa el Jueves Santo, a las 22.00 horas, con la Santa Cena en la misma escalinata, sigue con la oración en el huerto y la traición de Judas en la plaza de España y termina con el juicio ante el sumo sacerdote delante del ayuntamiento, hacia donde Jesús se dirige ya prendido seguido por el pueblo que ilumina la noche con antorchas.

El Viernes Santo a las 12.00 horas se reanuda la Pasión Viviente ante la parroquia de San Marcos, cuya fachada es ahora el palacio de Pilatos. Continúa ante Herodes en la plaza de España y vuelve a Pilatos. Jesús caminará cargado con su cruz hacia el Calvario (en el itinerario, suena la música de ambiente en las casas con la emisora de radio local), hasta el santuario de la Virgen de Gracia, donde es crucificado junto a los dos ladrones.

Las tres cruces ya preparadas en la explanada del santuario de la Virgen de Gracia.

Las tres cruces ya preparadas en la explanada del santuario de la Virgen de Gracia. / J. P.

Hace dos años la Pasión Viviente incorporó nuevas escenas el Domingo de Resurrección, que se representan en la explanada de la ermita. Esta última jornada es la más íntima, como la imaginó el párroco Manuel Calvino, ya fallecido. Este año la agrupación anuncia «una pequeña sorpresa» en la escena de la resurrección, que no pueden desvelar.

Como en toda España, los oliveros miran al cielo. En sus 49 ediciones (el próximo año cumple cincuenta), nunca se ha suspendido la representación del Viernes Santo. Sí un Jueves Santo debido a tormenta, por la megafonía inalámbrica. Mucho tiene que caer para que no se celebre. No descartan seguir adelante sin completar todo el decorado, solo «lo esencial, como si fuese un ensayo». Todo es posible cuando se actúa con pasión.