Tres profesoras del IES Hernández Pacheco han organizado una exposición con los materiales que utilizaron los escolares del siglo XX. Tiempos en los que los niños aprendían a escribir ´mi mama me mima´ con un pizarrín en una pizarra que limpiaban con su propia saliva. O en un cuaderno de dos rayas.

Los libros de lectura, encuadernados en rústica, hablaban de españoles insignes, santos o héroes, de cruzadas y gestas, de armadas invencibles y de elementos que causaban desastres. Los libros de texto te conducían a recorrer España y el mundo entero. Desde el nacimiento del Tajo hasta la desembocadura del Amazonas. Existían los conos y los exágonos, las raíces cuadradas y las reglas de tres. Y te obligaban a escribir correctamente ´ahí hay un hombre diciendo ay´.

No debieron ser malos materiales porque esos niños han conseguido cambiar España y colocarla entre los países más desarrollados del mundo. O quizás es que los niños, los maestros y la sociedad tenían otros valores. Porque hoy los niños tienen ordenadores con su ´word´, pero no saben apenas nada del Tajo, ignoran lo que es una meseta, no conocen los exágonos y piensan que si hay un hombre diciendo ay que se joda.