Hace un año que la Junta de Extremadura iniciaba el expediente para blindar el poblado minero de Aldea Moret, declarando el conjunto Bien de Interés Cultural (BIC). Lo hacía mediante la publicación en el DOE de la resolución de la Consejería de Cultura que ponía en marcha un procedimiento que ahora afronta la recta final. Junio del 2011 es la fecha límite para completar la documentación que certifique los méritos que se esconden entre restos de grutas y almacenes.

"Lo lógico en este tipo de procedimientos es que se agote el plazo máximo --16 meses-- porque son muy complejos", aseguran desde la Dirección General de Patrimonio, que coordina los trabajos del expediente administrativo conducente a la declaración. En el mismo deberán constar la respuesta a las alegaciones que se presentaron, entre ellas 25 por parte de colectivos y vecinos de Aldea Moret, que pedían que el ámbito de la declaración se ampliara y afectara no solo al conjunto minero sino a las actividades a los elementos relacionados con esta actividad, como el complejo ferroviario, o los barrios de Santa Lucía o La Abundancia, en los que vivían los trabajadores de la mina. Junto a esto, la Universidad de Extremadura y la Academia de Extremadura de las Artes y las Letras elaboran dos informes paralelos catalogando y valorando el conjunto.

El poblado minero de Cáceres será el segundo conjunto extremeño en ostentar este reconocimiento en la categoría de Lugar de Interés Etnológico, tras el conjunto de Santibáñez el Alto, también en Cáceres, que lo es desde el pasado mes de octubre. Ambos espacios se consideran tesoros a proteger por contener elementos e instalaciones vinculadas a una forma de vida, a una cultura y a una actividad tradicional. En el caso de Aldea Moret, el poblado conserva restos de la que fue la gran industria minera de la ciudad, foco de riqueza y desarrollo a comienzos del siglo XX y referente de la historia moderna de la ciudad.

El terreno en el que se ubica geográficamente el conjunto de Aldea Moret se encuentra a unos 800 metros de la bifurcación de las carreteras de Mérida y Badajoz, a ambos lados del vial que las une y da acceso a la urbanización La Cañada. La zona a proteger incluye, no solo el antiguo poblado, sino también cuatro de los antiguos pozos de extracción --La Abundancia, La Esmeralda, María Estuardo y San Salvador--, el almacén de superfosfatos y el edificio La fosa, el embarcadero, las instalaciones productivas, la factoría, la piscina y depósito de agua, la iglesia de San Eugenio y el malacate.

La declaración del poblado minero como Bien de Interés Cultural abre además la puerta a la entrada de líneas de ayuda para rehabilitar el conjunto. Ese reconocimiento --y la garantía que lo acompaña de que la zona afectada queda fuera de cualquier intervención urbanística-- fue el requerimiento que el Ministerio de Cultura planteó al Ayuntamiento de Cáceres para que Aldea Moret fuera incorporado al plan especial en marcha destinado a la conservación y rehabilitación de zonas industriales. Al mismo ya pertenecen otras instalaciones como las minas de Riotinto de Huelva, o el paisaje minero de La Unión y Cartagena (Murcia).

En el caso de Cáceres, el compromiso del ministerio llegó en febrero de 2008, tras una serie de reuniones entre integrantes del gobierno local y del departamento que ahora dirige González Sinde. Del BIC depende que haya algo más.