Comerciantes y usuarios del mercado municipal de Cáceres demandan un lavado de cara de las instalaciones situadas en la céntrica calle de Ronda del Carmen. A pesar de que la calidad de los productos ofrecidos no ha mermado, la presencia de algunos puestos vacíos, el inexistente uso del piso de arriba y la estructura y distribución actual que presenta el mercado son algunas de las quejas presentadas.

Según datos ofrecidos por el ayuntamiento de Cáceres a este diario, actualmente el mercado municipal de Ronda del Carmen cuenta con 24 casillas de ocho metros. De éstas, el número de puestos es de 17, ya que hay varios con casillas dobles de una extensión de 16 metros. Por tanto, de los 17 espacios que hay en el edificio, 13 están ocupados actualmente y cuatro, libres. De estos, el consistorio recibió dos ofertas que fueron adjudicadas en la mesa de contratación, el pasado lunes, 22 de julio.

REVALORIZACION El ayuntamiento anuncia, además, que están en proceso de elaboración de pliegos para poder llevar a cabo un estudio para "la puesta en valor y adaptación del mercado". Indican que gracias a ese estudio se podrá tomar la decisión "sobre qué hacer, cómo actuar y cuál es la mejor fórmula para la gestión del actual mercado".

Desde la Asociación de Empresarios del Comercio de Cáceres (AECA), su gerente María de los Angeles Costa afirma que el edificio del mercado no se encuentra en las "mejores" condiciones. "Necesita una puesta a punto, un lavado de cara como se hizo con el mercado de San Miguel, en Madrid", señala Costa. AECA, según indica su gerente, se ha puesto en contacto con las diferentes fuerzas políticas del ayuntamiento para solicitar una reforma y una modernización de las instalaciones, así como, la posibilidad de abarcar otros sectores como una forma de innovar y atraer a un público mayor.

El mercado municipal de Ronda del Carmen se abrió en mayo de 1996. En su actual emplazamiento, existía otro edificio perteneciente a los años 60 que fue derruido para la construcción del actual. Los comerciantes más veteranos entre los puestos del mercado de abastos de la ciudad son los de la pescadería Salgado, perteneciente a una de las familias más conocidas y tradicionales del comercio cacereño. Al frente del puesto se encuentra Verónica Salgado, que sustituye a su hermano Chema, que está de vacaciones y José Manuel Garzo, que trabaja con la familia desde hace años. Ambos coinciden en que el mercado debería promocionarse mucho más por parte del ayuntamiento y que habría de haber más aparcamientos, ya que al estar situado en una zona céntrica, resulta difícil encontrar aparcamiento. "Creo que ayuntamiento pasa un poco del tema. Con cinco años todos los negocios necesitan un maquillaje y, desde luego, aquí llevamos unos cuantos más", indica Verónica Salgado.

La comerciante cree que deberían volver a celebrarse degustaciones como la feria de la tapa, cuya primera edición tuvo lugar en el mercado o más mercadillos, aparte del que se hace los jueves. "Le daría mucha más vida al mercado y vendrían más clientes", señala Salgado. También destaca la lentitud en los procesos de adjudicación de puestos. "Desde que se concede la licencia hasta que se ocupa el puesto puede pasar un año perfectamente", comenta la pescadera.

MALA DISTRIBUCION La reestructuración de los puestos del mercado municipal de Cáceres es otro de los inconvenientes vistos por clientes y comerciantes. Marisa Holgado, arquitecta y clienta habitual del mercado de Ronda del Carmen es de la misma opinión de Verónica Salgado.

Ambas creen que la distribución de los puestos debería plantearse de otra manera. "En vez de haber un pasillo en medio, debería ser todo circular, para que el cliente al entrar tuviera una vista general de todos los puestos", explica Salgado". "Los mercados deben ser un espacio de relación y tal y como está estructurado éste, eso no es posible", añade Holgado mientras espera su pedido de pescado.

A pesar de las carencias citadas en las instalaciones municipales, los clientes están muy satisfechos con el género que se oferta. "Me gusta que me partan la carne y el pescado", confiesa Lola Correyero, clienta de toda la vida. Y es que el trato en un mercado tradicional nunca será el mismo que en una gran superficie a tenor de su experiencia.