El decano de los toreros de España, Eugenio Fernández, <i>Angelete</b></i>, cumplió ayer 92 años en su pueblo natal, Baños de Montemayor, rodeado de su esposa, Lucía Talaván, y sus dos hijos, Eugenio y Victoria. A los 13 años comenzó a torear sus primeros becerros y en 1943 tomó la alternativa en la Monumental de Barcelona de la mano de Manolete. Un año más tarde, "Pepe Bienvenida fue el padrino de mi confirmación en Las Ventas", cuenta a este periódico el longevo torero.

Setenta y dos años después de tomar la alternativa, Fernández es ahora el decano de los matadores, tras el fallecimiento de José Luis Vázquez, su torero favorito. Y aunque él "preferiría ser el torero más moderno", el bañense sustituyó a Vázquez en el cargo en 2014. En 1993, sus vecinos le rindieron un sentido homenaje para celebrar sus bodas de oro en el arte del toreo. En 2007, el ayuntamiento bautizó con su nombre una calle muy próxima al domicilio familiar y hace dos años recibió una placa de los bañenses. "Me quieren mucho y yo también a todos ellos", declara este matador de salud envidiable.