No corren buenos tiempos para las estadísticas más sensibles. Para aquellos delitos que se cometen entre las cuatro paredes de lo que debería ser un hogar. Para la barbarie más íntima. Según el último Anuario Estadístico del Ministerio del Interior (2016), publicado recientemente, los casos de violencia de género han aumentado un 12% en Cáceres en solo un año, y los hechos violentos en el ámbito familiar también se elevan un 17%. Estas cifras desgraciadamente cobran más actualidad si cabe por la muerte de Sofía Tato por arma blanca el pasado jueves en Arroyo de la Luz.

La violencia de género se contempla en el Sistema Estadístico de Criminalidad como aquélla que ejerce un hombre sobre una mujer, siempre que ambos mantengan o hayan mantenido una relación matrimonial o similar de afectividad, con o sin convivencia. Los hechos graves denunciados en la provincia de Cáceres en este sentido experimentaron durante 2016 la mayor subida de los últimos años, hasta contabilizar 469, muy por encima de los 417 registrados en 2015 (un aumento del 12%). Hace cinco años la cifra se situaba en 370 casos. En el total del país también se han agravado estas denuncias, pero de forma más contenida (1,3%), hasta alcanza los 60.847 hechos graves comunicados a las fuerzas del orden.

Durante la última década, los casos más trágicos han acabado con la muerte de cuatro mujeres en la provincia cacereña: Antonia Pérez, de 37 años, degollada por su marido en 2006 en Cáceres; Isabel Augusto, asesinada por su esposo en 2009 en Valencia de Alcántara; Tamara Simón, golpeada por su marido en 2015 junto a la A-66, en Cáceres; y ahora Sofía Tato, cuyo caso está bajo investigación (su marido tiene varias heridas de arma blanca) pero se tramita como violencia de género.

Pese a todo ello, Cáceres figura entre las provincias con menor índice de violencia de género, por debajo de los 500 casos anuales.

También existe la violencia en el ámbito familiar, que se refiere a los daños que cualquiera de los miembros de una familia (sea hombre o mujer) puede infligir a los demás (pareja, expareja, padres, madres, hijos, otros parientes...). En este apartado se contemplan desde homicidios a lesiones, amenazas, coacciones, trato degradante, corrupción de menores, exhibicionismo, abandono del menor o agresión, acoso y abuso sexual (en general, todos los delitos cometidos con violencia e intimidación). Lamentablemente también han experimentado el mayor alza de los últimos cinco años en Cáceres, pasando de 451 denuncias en 2012 a 525 en 2015, y a 615 en 2016, lo que supone un aumento del 17% sólo en el pasado ejercicio.

De nuevo cabe hacer la misma puntualización: Cáceres se encuentra en la parte más baja de la tabla provincial, con menos de 750 casos anuales de violencia familiar. Pero las estadísticas, demasiado frías para estos casos, sí revelan algunos aspectos llamativos: de los 615 casos registrados en Cáceres, 68 fueron cometidos por mujeres y 547 por hombres.

INVESTIGADOS / Todos estos delitos se encuentran en el punto de mira de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que actúan con la rapidez y determinación que permiten las circunstancias. Durante 2016 fueron detenidas o investigadas 464 personas en la provincia de Cáceres por violencia de género o malos tratos en el ámbito familiar, una cifra que también se eleva considerablemente respecto a 2015 (386). En total, de enero a diciembre de 2016 quedaron esclarecidos 524 casos cuyo seguimiento se inició ese año o bien en los anteriores.

Las víctimas de violencia de género están amparadas por el sistema de seguimiento integral VioGén, que valora el riesgo de cada mujer amenazada, las protege e incluso les facilita un plan de seguridad personalizado. Según las últimas cifras del Ministerio del Interior, en Cáceres hay 673 casos ‘activos’, es decir, mujeres objeto de atención policial dentro de este programa. También existen 2.309 casos ‘inactivos’ que temporalmente no necesitan seguimiento, pero que pueden reactivarse si el riesgo regresa en cualquier momento.