El doctor Valentín Gómez lidera un proyecto para utilizar las colillas como material para aislar los ruidos. El objetivo era dar un uso a estas colillas que, al no ser biodegradables, tardan en descomponerse hasta una década. «Se nos ocurrió darle un uso como absorbente acústico porque son esponjosas y entendíamos que son similares a materiales que se utilizan en construcción», explica. Y así comenzaron a estudiar su comportamiento. Aunque el proyecto se encuentra aún en fase de laboratorio, ya tienen algunos resultados: «son bastante buenos, incluso a veces mejoran los resultados de los materiales que hay en construcción», indica. En estos momentos el estudio se centra en encontrar la manera más ecológica de limpiar las colillas, para lo que cuentan con doctores en Química. Han conseguido además un contrato con Altadis, que les ha permitido sufragar la maquinaria pero, para poder avanzar, necesitan más personal.