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EL LABORATORIO DE ACÚSTICA DE LA ESCUELA POLITÉCNICA LIDERA UN PROYECTO SOBRE LA CALIDAD DE LAS MEDICIONES

Un estudio de la universidad desvela que Cáceres supera los niveles de ruido permitidos

Han realizado mediciones también en el barrio de San Blas y en zonas próximas al parque del Rodeo. El paso de los coches de la ronda norte se deja notar hasta en las viviendas de Rodríguez de Ledesma

Un estudio de la universidad desvela que Cáceres supera los niveles de ruido permitidos

Un estudio de la Escuela Politécnica de la Universidad de Extremadura desvela que Cáceres supera los niveles de ruido permitidos. El laboratorio de acústica participa en estos momentos en un proyecto a nivel nacional que estudia la calidad de las mediciones. Liderado por el doctor Juan Miguel Barrigón, el equipo ha llevado a cabo mediciones en varios lugares de la capital cacereña. «En general los niveles que tenemos en la ciudad casi inevitablemente superan los niveles permitidos», señala.

El objetivo principal del estudio de la Politécnica es la calidad de las mediciones e intentar corregir los errores que en ellas se producen. «Está orientado a cómo medir el ruido y cómo esto afecta a la calidad final de la medición, es decir, en qué medida, de verdad, cuando alguien dice que en un determinado punto al ciudadano le llega un nivel de 65 decibelios, ese dato es cierto», indica Juan Miguel Barrigón. Esto podría explicar porqué cuando, tras realizar una medición, se concluye que se cumple la normativa cuando en realidad no la respeta.

En el seno de este proyecto los participantes han llevado a cabo varias mediciones en diferentes puntos de la ciudad, entre ellos en la avenida Rodríguez de Ledesma, en el barrio de San Blas y en zonas próximas al parque del Rodeo. En el primer caso, por ejemplo, se intentaba conocer cómo incide en las viviendas el tráfico de la ronda norte. Así, durante dos meses, se colocó un medidor en el balcón de un edificio anexo al instituto Hernández Pacheco.

El resultado fue sorprendente, ya que el ruido que soportaban en esta vivienda procedente de los vehículos que a diario cruzaban la variante superaba los niveles permitidos según las normativas vigentes, a pesar de tratarse de un edificio que se encontraba relativamente lejos de la ronda norte. Las mediciones se realizaron durante dos meses y en verano, coincidiendo con el parón escolar, con el objetivo de evitar que el ruido de la actividad del centro incidiera en los resultados.

LA NORMATIVA / Como inciso, es importante recordar que, según la legislación europea, los niveles máximos que puede soportar un ciudadano en su vivienda no deben ser superiores a 55 decibelios de día y a 45 de noche. Y fija además que, a partir de los 70 decibelios, el ruido es perjudicial para la salud. En este sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que, dependiendo del tiempo de exposición, ruidos superiores a 60 decibelios pueden provocar malestares físicos. En Extremadura la ley de ruido establece que a una vivienda no pueden llegar más de 60 decibelios de día y 45 durante la noche.

«Teníamos además un sistema de grabación por disparo que, cuando la fuente que emitía el ruido superaba los valores permitidos, grababa la fuente que ocasionaba ese ruido. Era muy significativo el paso de una moto casi puntual a la misma hora todos los días, por la mañana y por la tarde», explicó como anécdota el doctor Juan Miguel Barrigón. Este aparato les permitió valorar el impacto que algunas fuentes puntuales de ruido tienen sobre el valor del nivel total de ruido ese día. Los resultados de este último aspecto serán presentados en las próximas semanas en un congreso.

No es el primer estudio que revela que en Cáceres se soportan altos decibelios. La Universidad de Extremadura ya lideró otro proyecto hace más de una década que concluía que el 30% de los cacereños habita en calles con ambiente clasificado como intolerable. Los vecinos son sensibles al asunto de los ruidos, principalmente por el problema que durante años ha existido en La Madrila y que ha terminado con la condena de cárcel para once hosteleros y para la exalcaldesa Carmen Heras y el exconcejal Carlos Jurado. Por este asunto se constituyó la asociación Cacereños contra el ruido, que vela porque se cumpla la normativa.

El ruido, según explica el doctor en Ciencias, Valentín Gómez, se propaga a través del aire o de las estructuras de los edificios. En el primer caso, cuando ocurre, molesta a todos los vecinos cuyas viviendas son contiguas a la fuente de ruido. Y tiene soluciones más fáciles, como pueden ser la instalación de doble ventana o de paredes más gruesas. «En las casas de los pueblos, con las paredes tan gordas, generalmente el ruido de la calle no molesta casi nada», dice.

En cambio, si se propaga a través de la estructura, lo hace porque en esta exista algún defecto que permite que el ruido se cuele. Esto explica porqué afecta a unos vecinos sí y a otros no. «A lo mejor nos encontramos con casos en los que hay una discoteca en la planta baja y molesta al vecino del quinto y no al resto, vas allí, mides y resulta que sí le molesta», señala Gómez.

MÁS COMPLEJOS / En este caso las soluciones suelen ser más complejas porque pasan por aislar la fuente del ruido. «Para aislar por ejemplo un altavoz que está pegado a una pared y que está haciendo que la pared vibre, se le cuelgan unos muelles o se separa la pared con unos tacos de caucho, de tal manera que aisle el ruido», añade el profesor.

Este diario publicó ayer el caso de una familia que lleva casi dos meses viviendo en un hotel porque no soporta los ruidos que producen los aparatos de aire acondicionado del Organismo Autónomo de Recaudación y que se encargan de refrigerar los sistemas informáticos. Según Valentín Gómez, lo ideal sería comprobar si los aparatos cuentan con sistemas de aislamiento, es decir, que no estén colocados directamente en el suelo sino que, bajo ellos, haya instalados amortiguadores de caucho o de corcho.

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