Los vecinos de Cáceres insisten en la necesidad de convertir en una residencia de ancianos y centro de día el hospital Nuestra Señora de la Montaña cuando cierre. Como ya adelantara este diario, la petición está avalada por todas las asociaciones de vecinos que pertenecen a la Agrupación Vecinal. Según indica el presidente de este último colectivo, Alberto Iglesias, todos los representantes manifestaron la necesidad de abrir un centro de mayores integrado en el casco urbano en una de las reuniones de distrito.

Ya lo manifestaron en la Asamblea de Extremadura durante la comparecencia del colectivo en la mesa de Sanidad, para abordar la apertura del nuevo hospital. Y van a registrar un escrito con su propuesta tanto en la diputación, propietaria del edificio, como en la Junta de Extremadura y en el ayuntamiento. Avalan su petición con el estudio que ha elaborado la socióloga cacereña Lidia Domínguez, que ha desarrollado además su doctorado en el análisis de las personas mayores en los recintos urbanos. En dicho informe se pone de manifiesto la necesidad de un centro público de estas características en la capital cacereña, donde existen actualmente diez residencias de ancianos. Solo dos son públicas y una está en Pinilla y la otra frente al Cuartillo. «La media de las pensiones en Cáceres no llega a los 800 euros por lo que la mayoría no puede permitirse una privada», añade Lidia Domínguez.

La socióloga ha realizado 32 entrevistas a personas mayores de la ciudad. De ellas el 40% tiene asumido que terminará en una residencia de ancianos, a pesar de que es una idea que a ninguno de ellos convence del todo. La mitad tiene a sus hijos fuera de Cáceres, lo que impide que puedan ocuparse de ellos en caso de necesidad. «Para estar en casa de una hija sola… Si se van a trabajar, los niños al colegio, tú te quedas en un sillón y dices ¿qué pinto yo aquí? Así que las residencias están muy bien», le dijo una mujer de 73 años en una de las entrevistas que realizó.

Lidia Domínguez se refiere en su estudio a la idoneidad del edificio, en primer lugar por su ubicación. Los barrios más envejecidos son La Madrila, el Parque del Príncipe, Pinilla, Llopis Ivorra y la zona de La Bondad. Solo una de las residencias públicas está cerca de estos barrios. El Nuestra Señora de la Montaña «se encuentra en un punto intermedio, lo que otorga una importante ventaja y es que los usuarios válidos no tendrán que romper completamente con su vida anterior y podrán seguir con sus hábitos», indica la socióloga en su estudio.

Además está junto al parque de Cánovas, donde pasea la mayor parte de los mayores de la ciudad (el 69% de los entrevistados en este informe). «Es una zona llana, con abundante vegetación que refresca en verano, suficientes bancos para poder sentarse a charlas y cafeterías y terrazas donde tomar un refrigerio», añade.

NO NECESITA GRAN INVERSIÓN / Creen también que el edificio tiene las infraestructuras idóneas, por lo que no necesitaría una importante inversión para su rehabilitación porque está adaptado para personas con problemas de movilidad. Además, al tratarse de un inmueble de grandes dimensiones, plantean que pueda ser compartido por colectivos de jóvenes con los que poder compartir actividades y talleres; algo así como un «centro intergeneracional».

Será la diputación la que finalmente decidirá sobre el futuro del hospital, una vez que cierre definitivamente (todavía está abierto porque en él quedan los servicios de Geriatría y Psiquiatría). El equipo de gobierno que preside Rosario Cordero anunció que crearía una comisión para debatir este asunto, pero aún no se ha constituido. La idea de Cordero era destinarlo a los jóvenes, con el objetivo de atraer a universitarios a la ciudad.

Otra propuesta era dedicarlo al turismo. Esta alternativa era la más factible, después de que la empresa peruana que construye un hotel de lujo en el Palacio de Godoy se interesara por este edificio, para darle también un uso hotelero; en cambio aún no han presentado el proyecto a esta institución. Tanto si se destina a los jóvenes como al turismo será necesario cambiar el uso dotacional de la parcela, que es sanitario.