Los países tocados con la varita de ‘Juego de Tronos’ conocen bien el aprovechamiento turístico de la serie. Cada ciertos años, una emisión de este tipo pone patas arriba el planeta, ocurrió con ‘Twin Peaks’ o con ‘Breaking Bado’, pero nunca antes había sido igual que con HBO. Irlanda del Norte, Marruecos, Malta, España, Croacia, Islandia, Estados Unidos, Canadá y Escocia han servido de escenario para los Siete Reinos y Más allá del Muro en las ocho temporadas.

Dubrovnic, patrimonio mundial de la Unesco, un impresionante conjunto de murallas con vistas al Adriático, es una de las localizaciones más conocidas. Lovrijenac (Fortaleza de San Lorenzo), situada sobre un acantilado de 37 metros de altura, fue pieza clave de la trama como escenario de la Fortaleza Roja de Desembarco del Rey. Existen tours en los que el turista puede entrar a la Ciudad Vieja por la misma puerta por la que regresó Jaime Lannister después de haber perdido su mano derecha.

Los efectos económicos de la seria han sido muchos en el mundo. Así, para celebrar la última temporada de ‘Juego de Tronos’, Diageo lanzó una colección especial de ocho whiskies de malta inspirada en las casas de la serie. En España, la búsqueda de vuelos a Sevilla se triplicaron, y en Girona el tráfico de turistas aumentó un 76%. Pero Irlanda del Norte sí que se llevó el gato al agua. Entre la primera y la séptima temporada la serie ingresó en la economía de un país que apenas alcanza los dos millones de habitantes, 180 millones de libras, creó casi un millar de puestos de trabajo a tiempo completo y 5.700 temporales, además de incentivos fiscales y un crecimiento inédito de la industria audiovisual. Efectivamente, Irlanda del Norte queda muy lejos de Cáceres.

por: alberto manzano