Cinco religiones participaron ayer en la Marcha por la Paz, que lleva ya 18 ediciones. La cita, que partió de la estatua de Gabriel y Galán y recorrió parte de la avenida de España, congregó a más de un millar de personas.

Su objetivo es demostrar que religión y violencia «son dos términos incompatibles». Para ello, caminaron juntos católicos, islámicos, budistas, evangelistas y miembros de la comunidad Bahá’i de Extremadura, que protagonizaron la iniciativa en un ambiente festivo y participativo.

La idea nació en el año 2001 tras los atentados de las Torres Gemelas en Nueva York y, desde entonces, cada año familias con niños y personas de diferentes edades se unen bajo el lema ‘Todas las religiones por la paz’, en un paseo que concluye con la lectura, en castellano y árabe, de un manifiesto consensuado por todos. Esta vez en el Quiosco de la Música.