Los empresarios del entorno de la plaza Mayor lanzan un SOS al ayuntamiento. Se trata del punto más turístico de la ciudad y en el que, hasta ahora, los negocios habían funcionado con normalidad precisamente por la cantidad de visitantes que venían al año a conocer Cáceres. Pero todo eso se ha frenado por la pandemia. Desde julio la capital cacereña ha perdido más del 40% del turismo (en esos meses han llegado 118.254 visitantes menos que el año pasado). Solo en el mes de octubre la ciudad recibió un 60% menos de turistas que en el mismo periodo del año anterior (a la capital cacereña llegaron 29.161 viajeros frente a los 62.369 de año 2019). Y la previsión es que la situación no mejore: para este puente casi no hay reservas y la comunidad autónoma se cerrará perimetralmente durante las navidades para prevenir la propagación del virus. A todo ello se une además que enero y febrero históricamente nunca han sido buenos en cuanto a cifras de turismo.

Los empresarios no aguantan más. Desde que empezara la pandemia, solo en la plaza Mayor han cerrado sus puertas cinco negocios, entre ellos dos restaurantes y dos tiendas de souvenirs; y otros ocho permanecen vacíos. La misma imagen presentan las calles San Pedro y Pintores, donde hay 18 locales cerrados más otro más que anuncia su liquidación por cierre (el histórico Lencería Zagala). De ellos, seis han cesado su actividad debido también a los efectos de la crisis sanitaria.

En total, desde la calle San Pedro hasta el final de la plaza Mayor se cuentan hasta 32 locales vacíos, algunos son históricos y otros de pequeños empresarios que arriesgaron poco antes de la pandemia y se han visto obligados a cerrar ahogados por las deudas. Es el caso de Raúl Lucero, que tenía en la plaza Mayor dos tiendas de productos extremeños, pero ya solo conserva una; la otra, con la que llevaba un año y medio, ha tenido que cerrarla por la caída de las ventas. Las cuentas no le salen para hacer frente a los alquileres. Con ambos negocios empleaba a ocho personas pero, dadas las circunstancias, en estos momentos solo continúa trabajando él y otra persona a media jornada; el resto se mantiene en un ERTE desde el mes de marzo.

«Los comerciantes también necesitamos ayuda, una ayuda real y eficaz, son muchos sueños rotos y muchas noches sin dormir, muchas familias viven de esto», asegura. Y pone como ejemplo la supresión de la tasa de terrazas que ha anunciado el ayuntamiento de cara al próximo año. No pide que al comercio se le exima también del pago de impuestos pero sí que les ayuden a sobrevivir. En su caso, la única forma que ha encontrado para atraer clientes (los pocos que acuden en estos momentos hasta la plaza Mayor) a la tienda que le queda, que está ubicada en los soportales, entre dos locales de hostelería, ha sido sacar a la calle carteles para anunciar las degustaciones de los productos que vende, pero la Policía Local se lo impide. «Quiero pagar mis tasas pero también quiero tener un permiso oficial para poder sacar carteles a la calle. Entiendo el problema de la accesibilidad pero necesitamos ser visibles porque no aguantamos más», insiste.

Toca reinventarse

Mientras tanto, no le queda más que reinventarse para intentar sobrevivir y luchar hasta el final. Así, desde su tienda Multisaborex, la única que tiene abierta, ha lanzado una campaña del bolsas solidarias, que cada uno puede preparar a su gusto con diferentes productos típicos de la tierra. «Quizá este no sea el año para el derroche ni para cestas de navidad repletas, pero sí para dar las gracias, para decir te quiero o para tener un detalle», reza la campaña. Ese es el objetivo de lo que ha denominado ‘multibabgs’. El 10% de su precio irá destinado a la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).