La pandemia ha obligado a reinventar la realidad en muchos ámbitos. El estado de alarma en marzo obligó a confinar a los ciudadanos en sus hogares y a limitar el movimiento para prevenir los contagios. Esta situación también golpeó las prisiones, donde el régimen de visitas y de salidas quedó restringido para evitar casos de coronavirus. Desde entonces, los internos acumularon sin tener la posibilidad de ver a sus familias. Las llamadas seguían vigentes, pero aún así las medidas preventivas hicieron mella en los presos que cumplían condena en la prisión.

Por este motivo, Instituciones Penitenciarias a nivel nacional ha puesto en marcha un sistema pionero en diciembre y que ha implantado por el momento solo en cuatro prisiones, una de ellas, la de Cáceres. Este proyecto, según detallan desde la dirección de la prisión cacereña, ha instalado cabinas de videollamadas en los módulos de los internos para que puedan comunicarse con sus familiares y allegados y verles en directo.

Este sistema de videochat también se ha instalado también en Madrid VII (Estremera), Brieva (Ávila), Madrid IV (Navalcarnero) y se trata de un proyecto desarrollado con la Entidad Estatal Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo y será el acuerdo con una empresa de telefonía la que permitirá que se implante el servicio de manera progresiva en los centros penitenciarios de todo el país.

De momento, concretan, el servicio será gratuito hasta principios de 2021 en el que sí será de pago. Aún así, añaden que también se podrá abonar a cobro revertido y permitirá la recarga online por parte de las familias. «Es una opción que facilita la comunicación para aquellas personas privadas de libertad sin recursos», señala Instituciones Penitenciarias. Dispondrá además de un buzón de voz donde se pueden dejar mensajes a los internos.

Con respecto a su funcionamiento, la dirección de la cárcel detalla que del cupo de llamadas que pueden hacer los presos a la semana, dos podrán ser a través de este servicio y la conexión con el exterior se hará a través de una aplicación que las familias tienen que descargarse en el teléfono móvil y que les hará llegar un aviso cuando el interno quiera comunicarse con ellos. La duración de la videochat será de 15 minutos, como el resto de llamadas que se hacen vía telefónica.

En el último mes, las comunicaciones con el exterior, las visitas y los ‘vis a vis’ han vuelto a interrumpirse de manera temporal debido al repunte de casos en la ciudad, por tanto, la dirección sostiene que este servicio ayudará a que los internos puedan mantener relativa normalidad en el contacto con el exterior que durante la primera ola no pudieron mantener.

Esta tecnología pionera servirá, exponen, para mejorar las condiciones en las que se encuentran los internos ya que permitirá que la comunicación con sus seres queridos sea más fluida al incorporar el servicio con el añadido del sistema de vídeo. El propósito es «promocionar el contacto y la cercanía con el exterior».